Antonio Fois es un artista nacido en Cerdeña cuya obra se sostiene en un profundo proceso conceptual, en este artículo, extracto de su intervención en el pasado congreso de la Academia Internacional de la Cerámica, celebrado en Portugal, comparte los procesos de creación de algunas de sus obras
Cerámica en diálogo
Antonio Fois
El Mediterráneo ha sido durante mucho tiempo un recipiente para intercambios culturales, vehículo de interacción e innovación a lo largo de la historia de la humanidad. La arcilla y la cerámica han estado en el centro de este viaje, dando forma a la vida humana durante siglos, y aún lo están, a pesar de que materiales como el plástico han intentado ocupar su lugar.
Procedo de Cerdeña, una de las islas del corazón de esta vibrante región, y he estado expuesto directa e indirectamente a los numerosos sustratos sedimentados por todas las diferentes civilizaciones que han interactuado parcial o integralmente con esa tierra. Durante miles de años, Cerdeña ha sido puerto natural de viajeros, objetivo de conquistadores en busca de materias primas e incluso lugar de exilio para los opositores no deseados. Esta historia de convivencia y solidaridad ha dado forma a una sociedad que aprecia la diversidad, que mezcla influencias en una amalgama cultural única.
Es evidente que la percepción que un individuo tiene de su posición está intrínsecamente moldeada por el contexto cultural en el que habita. La forma en que interpretamos la realidad está influida principalmente por nuestras experiencias vividas. Nuestra visión del mundo se filtra a través de la lente de nuestra educación, que sirve de marco para la comunicación y condiciona a priori nuestra percepción. El lenguaje, como sistema codificado, lleva inherentes creencias y suposiciones, perpetuando un entendimiento compartido cada vez que nos comunicamos. La semiótica desempeña un papel crucial en la configuración de nuestra percepción de la realidad.
Este legado influye profundamente en mi trabajo. Nacer en una isla con lengua propia conlleva una serie de experiencias únicas. La búsqueda de la alteridad, unida al esfuerzo que supone cruzar el mar, crea una poderosa atracción, un flujo y reflujo que refleja mi propia identidad.
Encontrar mi lenguaje artístico me llevó tiempo. Al principio no me permití estudiar arte, así que me decanté por la arquitectura y acabé licenciándome en humanidades. Este viaje académico dio forma a mi enfoque analítico y a mi perspectiva.
Mi llegada a la cerámica fue inesperada, pero fue amor a primera vista. La plasticidad del material, me cautivó la posibilidad de moldear objetos con mis manos y la transformación mística producida por la cocción. Tras un año en SculturaCeramica, en Génova, obtuve una plaza en la Escuela de Cerámica FITSTIC de Faenza, donde me sumergí en el mundo de la arcilla. Estudiando en el Museo Internacional de Cerámica, rodeado de esculturas de todas las épocas, me conmovieron especialmente las obras de Zauli, Fontana, Picasso y Melotti. Me fascinaba la densidad de la arcilla a alta temperatura.
Durante mis estudios, hice prácticas en el estudio de Päivi Rintaniemi, en Seinäjoki (Finlandia). Esta experiencia influyó profundamente en mi visión y mi metodología. Una de las piezas que creé allí, Prodigy of Existence, refleja el esfuerzo de una gema por liberarse de su caparazón. Explora temas como la causa y el efecto, la vulnerabilidad y la interconexión de toda la vida.
Mi proceso de investigación, arraigado en el enfoque científico que desarrollé durante mis primeros estudios, implica un método filológico. Exploro temas desde sus raíces históricas y los relaciono con contextos contemporáneos, traduciendo estas ideas a formas visuales. El diseño escandinavo, con su énfasis en la forma y el tratamiento mínimo de las superficies, me influyó profundamente, ayudándome a encontrar mi propia voz en mi trabajo.
Prodigy of Existence, hecha de losas de arcilla raku con una superficie de engobe blanco, fue seleccionada para el 59º Premio Faenza y ahora reside en San Francisco.
Tras terminar la diplomatura, hice prácticas en Todomuta, un estudio de diseño de Sevilla. Allí fui responsable de la producción de una pieza diseñada por el estudio, lo que me permitió participar en un enfoque diferente del proceso creativo. Partiendo de una maqueta añadían, restaban, combinaban otros objetos o series de objetos, creando una especie de colección in fieri para encontrar lo que estéticamente buscaban.
Esta experiencia resonó con el método filológico que había aprendido, dando aún más forma a mi práctica.
Trasladarme a Londres en 2016 me sumergió en el debate sobre el Brexit. Para comprender sus orígenes, exploré el concepto de lo inglés y la percepción del “otro”. Profundicé en la construcción del exotismo y la creación de jerarquías semánticas a lo largo de la historia. Simultáneamente, reexaminé mis propias raíces y arquetipos.
En Time-Space-Traces, exploro el concepto de tiempo desde una perspectiva subjetiva: el potencial infinito, el momento actual y la posibilidad de diálogo entre estos dos aspectos.
He experimentado procesos de descomposición y transición combinando capas de distintos materiales en el cuerpo, como una serie de estratos y en la superficie. Emulando la sedimentación y la erosión, he añadido diferentes arcillas y engobes para crear una masa informe que luego he definido fijándome en las formas totémicas, inspirándome en los gigantes sardos neolíticos de Mont’e Prama. He estado experimentando con engobes y esmaltes para crear mi propio lenguaje material, desarrollado a partir de una paleta seleccionada que ha informado mi investigación visual desde los frescos de Pompeya hasta la pintura de Francis Bacon.
La disposición circular de esta colección pondría de relieve la importancia del intercambio equitativo en el diálogo entre las piezas. Expuesta a la luz solar, la colección se convertiría en un reloj de sol que pondría de relieve el paso del tiempo.
Al querer descubrir personalmente mis propios prejuicios y suposiciones, empecé a cuestionar mi metodología. Formado para esbozar antes de dar forma a la arcilla, intenté romper este hábito tomando decisiones paso a paso, alterando la pieza cada vez que empezaba a parecerse a algo figurativo. Este proceso cambió mi enfoque y modificó mis expectativas estéticas.
A wondrous creature ha sido preseleccionada para la Bienal Británica de Cerámica, y lo verdaderamente fascinante es cómo las diversas interpretaciones del público han suscitado profundas conversaciones sobre la naturaleza fluida de la percepción, evocando una sensación de desplazamiento y misterio.
A partir de esta exploración, deconstruí mi técnica de dibujo haciendo retratos a ciegas de amigos. Esta experiencia liberadora cambió mi trazo, que luego trasladé a formas tridimensionales, explorando otra dimensión de la línea. La realización ha sido todo un reto, sobre todo por el tamaño de los retratos.
In Control es quizá la respuesta más instintiva —e irónica— al Brexit, ya que toma prestado su título del mismo eslogan utilizado para justificar la salida de Gran Bretaña de la UE.
Esta pieza es un ensamblaje deliberado de objetos, cada uno con su propia narrativa material e histórica:
- Un sólido molde de vidrio transparente descansa precariamente sobre una esponja comercial amarilla.
- Una forma de cerámica, elaborada a partir de una mezcla ecléctica de arcillas —porcelana, terracota, gres blanco y Raku—, cada una de origen y estado diferentes.
- Un antiguo taburete de madera ancla la composición.
Estos elementos dispares se mantienen unidos por una correa sintética, sugiriendo una tenue unidad y un equilibrio inestable. La pieza retrata una condición precaria debida a sentimientos de rechazo en conflicto con la constante petición de pruebas de pertenencia. Revela una sensación de impuesta vulnerabilidad que no se permitía revelar. Ha sido un descubrimiento de nuevos terrenos tanto en la experimentación material como en la temática. In control ha sido seleccionada para el 62º Premio Faenza y ahora forma parte de la colección MIC.
En mi búsqueda de una respuesta significativa a las cuestiones planteadas por el Brexit, exploré también el concepto de simbiosis. Simbiosis es una colección de objetos resultado de un proceso material que investiga la interrelación entre la cerámica y el vidrio en diversas formas. El soplado, el moldeado y la fundición son técnicas que he ido combinando y adaptando para crear objetos complementarios tanto en vidrio como en cerámica.
Tuve la oportunidad de hacer una residencia semanal en la Glass Foundry de Stroud (Reino Unido), donde experimenté en profundidad estos procesos para crear formas que expresaran visualmente la idea de interdependencia. Los resultados no son exactamente predecibles, teniendo en cuenta que los dos materiales se comportan de maneras muy diferentes, lo cual es un reto que he aceptado. Parte de la forma está relacionada con el calor del horno que, conceptualmente, adquiere parte de la responsabilidad y crea el espacio para una nueva estética.
La pandemia respondió claramente a mi pregunta inicial sobre las jerarquías ontológicas superpuestas, reforzando la urgencia de desmantelar las fronteras arbitrarias. Dejó muy claro que vivimos en un ecosistema interdependiente en el que nadie puede evitar al “Otro”. La cuestión urgente para mí es cómo contribuir a una mejor coexistencia en el planeta que habitamos, que debemos preservar para las generaciones venideras. En mi viaje, veo el desplazamiento como una herramienta de investigación crítica. Estoy deseando intercambiar ideas y perspectivas, profundizando en mi comprensión del mundo contemporáneo.
Creo que la única manera de avanzar es empezar por uno mismo.
Se prohíbe el uso de texto y las imágenes de este artículo, que se publican en Infoceramica exclusivamente para la promoción de la obra del artista, queda prohibida su reproducción sin permiso expreso. Infoceramica agradece a Antonio Fois por la ayuda prestada para la realización de este artículo.