Esta magnífica exposición dedicada a la cerámica china monocroma se ha podido visitar durante este año en el Museo Guimet de París y en ella se pueden conocer los colores que fascinaron a los ceramistas y los emperadores, y que van más allá de los conocidos verdes celadones o rojos de cobre
Colores inmaculados:
Obras maestras monocromas chinas (siglos VIII-XVIII)
Texto, Museo Guimet; edición, Infoceramica
La búsqueda de la perfección en formas y colores cada vez más puros es un verdadero viaje iniciático hacia la belleza, abarcando diez siglos de creación y diseño en China. Una experiencia estética que, sin duda, corta la respiración.
La exposición “Colores inmaculados” es uno de los momentos culminantes del programa de verano del Museo Guimet. A través de un recorrido por la historia de la loza china y los colores *Grand Feu*, que abarca desde el siglo VIII hasta el XVIII, esta muestra reúne 250 obras maestras, provenientes tanto de la prestigiosa colección Zhuyuetang de Richard Kan (Hong Kong) como de la propia colección del museo Guimet. La exposición celebra el gusto chino por la simplicidad formal y el color puro, perfeccionados a lo largo de los siglos. En su incansable búsqueda de la pureza y la perfección en la forma y el color, los alfareros chinos crearon piezas únicas, de una estética extraordinariamente refinada, que el visitante podrá admirar.
El uso del caolín, conocido como “arcilla china”, que se transforma en un blanco inmaculado al ser cocido a altas temperaturas, fue crucial para el reconocimiento internacional de la porcelana china. La calidad de su producción alcanzó su cumbre a finales del siglo XVIII, despertando la fascinación de las cortes europeas, que quedaron cautivadas por el aura de misterio que envolvía estos objetos.
Las cerámicas monocromas, con su vidriado en un solo color, representan la máxima expresión de la destreza de los alfareros chinos. Estas piezas, elaboradas con materiales puros y una técnica de cocción absolutamente precisa, muestran el dominio total del oficio. Pese a la limitada disponibilidad de pigmentos resistentes a las altas temperaturas, los ceramistas chinos desarrollaron continuamente nuevos colores, con el fin de satisfacer los exigentes gustos de emperadores, intelectuales y la alta cultura china. Asimismo, lograron alcanzar el nivel de perfección requerido para el uso ritual.
La exposición se organiza en nueve secciones, cada una dedicada a un color específico: blanco, celadón, verde y turquesa, azul, negro y berenjena, rojo, amarillo, marrón, imitaciones de colores naturales y arco iris. Cada sección no solo destaca las técnicas empleadas en su producción, sino que también explora las profundas connotaciones culturales y simbólicas que cada color tenía en la sociedad china.
El visitante, además, es acompañado por una selección de poemas que capturan las emociones que estas creaciones perfectas provocaban en la sensibilidad china.
Junto a las obras de cerámica, la exposición incluyó una pieza rara: un álbum ilustrado de 7 metros de longitud, cedido excepcionalmente por el Museo de Bellas Artes de Rennes, que data del siglo XVIII. Este documento visual detalla el proceso de producción en los hornos imperiales de Jingdezhen, la capital de la porcelana en China.
Como complemento, animaciones multimedia ofrecieron un viaje inmersivo “dentro” de la porcelana china, permitiendo al visitante explorar el material a nivel microscópico, entre las partículas de vidrio.
Comisariado: Claire Déléry, conservadora de cerámica china del Museo Guimet y Profesor Peter Lam, conservador externo.
Musée Guimet – Iéna
6, place d’Iéna
75116 Paris, Francia
contact@guimet.fr
www.guimet.fr
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