II CONGRESO INTERNACIONAL DE CERÁMICA EN APULIA (ITALIA)

Del 6 al 9 de marzo de 2024 se celebró en las ciudades italianas de Lecce y Grottaglie (Apulia) la segunda edición del Congreso Internacional de la cerámica, cuya primera edición se realizó en Sevilla

parliamo di artigianato?

Wladimir Vivas

¿Hasta dónde se puede aplicar la tecnología en la artesanía sin que esta deje de ser artesanía? ¿Qué trabajos de promoción, comunicación o gestión de la empresa artesana son susceptibles de mejora mediante las nuevas tecnologías? ¿Cuál es el compromiso medioambiental que se debe exigir al producto artesano? ¿Cuál es la función que debe tener la formación de artesanos? Estos y otros muchos temas fueron tratados durante los diferentes paneles de expertos que tuvieron lugar el pasado 8 de marzo en el Antico Convento dei Cappuccini, en la localidad italiana de Grottaglie.

Este congreso internacional reunió a profesionales de la artesanía de Italia, España y Portugal, en una segunda edición que continúo con los diálogos y desarrollos de ideas iniciados el pasado año en Sevilla y que continuará en el futuro. Lógicamente, este tipo de congresos no se hacen para ofrecer soluciones directas a problemas, o para aportar directrices. Incluso se podría decir que la función de estos encuentros es plantear preguntas y, en el mejor de los casos, ofrecer la experiencia de diferentes productores, a través de las que se puede intentar sacar conclusiones o ideas que deberán ser posteriormente implementadas y modificadas en función de las necesidades concretas.

Entre los participantes se podían encontrar tanto productores como comercializadores, además de técnicos, profesores y periodistas especializados en el sector. Cada uno de estos perfiles, en sus intervenciones, pudo aportar su experiencia. Entre los participantes españoles habría que destacar la participación de Antonio Jesús Ortiz Ruiz, Director General de Cerámicas Anoru, de La Rambla (Córdoba), que centró su presentación en la utilización de la tecnología en la producción, con lo que algunos procesos pasan a ser más industriales que artesanos, buscando más la economía de la producción en masa que la excelencia o el cuidado de la tradición.

Muy interesante fue la aportación de Pedro Rosa Mena y Pedro Miguel Guerrero, de la empresa malagueña Todobarro, que compartieron sus experiencias en el desarrollo de utilización de materiales reciclados o propiedades bioclimáticas del barro, considerándolas como aportaciones de valor al producto, junto con el diseño o la investigación en materiales y procesos.

El último de los españoles en participar fue Juan Manuel Anguas Hernández, Director de la Escuela de Formación de Artesanos de Gelves, que comenzó su intervención con una pregunta que, en su sencillez, encierra la complejidad del sector: ¿qué es la artesanía? para contestar a esta pregunta hizo un recorrido por la forma en que se enseña, la representación que la artesanía tiene en las organizaciones empresariales (que es nula, según Juan Manuel), o la presencia de la mujer en el sector, que parece estar estadísticamente falseada. Terminó reflexionando sobre el problema de la promoción de la artesanía: —Hay que hacer saber al cliente que la cerámica cuenta una historia, la historia del artesano que la hace.

Las conclusiones de la jornada de trabajo estuvieron a cargo de Antonio Colì, Presidente de Confartigianato Imprese Artistico y de la empresa Fratelli Colì s.r.l., de Lecce. Estas conclusiones no pueden ser demasiado claras, ya que este tipo de congresos suelen tener una característica en común, y es que, en aras del intercambio de experiencias y perspectivas, agrupan a representantes de diferentes “microsectores”, dentro del sector general de la cerámica. Esto permite abrir un poco el foco con la intención de adaptar soluciones y discursos entre cada uno de estos “microsectores”. Sin duda esto se cumplió en Grottaglie y Lecce.