La autora nos introduce en el mundo creativo de Réjean Peytavin, artista franco-suizo cuyas investigaciones le han llevado a buscar la expresión artística en las transformaciones de las ideas a través de las traducciones y de las formas a través de los cambios de medio
Traduslation
Elsa Delage
“El jarrón es una forma primaria persistente, ya sea habitual, votiva o decorativa, vestigio del pasado por excelencia, y encarna la idea misma del objeto arqueológico. Es su arquetipo.”
La cerámica es desde hace mucho tiempo el medio preferido de Réjean Peytavin. Así que no es de extrañar que la cerámica sea el alfa y el omega de la serie Traduslation. Iniciado en 2022, este proyecto sigue un protocolo específico, cuyos términos fueron definidos por el artista. Traduslation es el resultado de una serie de transferencias y transiciones de una forma a otra, incluyendo dibujos y alfombras, recurriendo a la singularidad y el potencial creativo en juego en cualquier trabajo de traducción. Evocada en el título de la serie, la noción de traducción cuestiona los conceptos de verdad, fidelidad e identidad. La subjetividad es fundamental para comprender y expresar la interpretación.
Manifestación cultural de la humanidad desde la prehistoria, la cerámica se ha utilizado para fabricar ídolos, elementos arquitectónicos y recipientes culinarios. Desde hace varios años, Réjean Peytavin colecciona fotografías de diversos objetos de cerámica. Reunidas en el curso de sus vagabundeos por museos y tiendas de segunda mano, esta colección informal de imágenes permite establecer comparaciones imposibles entre lugares y épocas, sin jerarquías. Siguiendo el ejemplo de Aby Warburg y el Atlas Mnemosyne, las representaciones chocan de forma anacrónica, provocando conexiones inesperadas. Traduslation es un trabajo sobre la memoria de las imágenes, que renueva las condiciones en las que se leen y se manipulan.
Réjean Peytavin creó los dibujos de la serie a partir de una selección de imágenes de su variada biblioteca de imágenes. El motivo del jarrón es omnipresente. El jarrón es una forma primaria persistente, ya sea habitual, votiva o decorativa, vestigio del pasado por excelencia, y encarna la idea misma del objeto arqueológico. Es su arquetipo.
El uso del dibujo encarna aquí la idea y el inicio de este proceso creativo. Cada dibujo ofrece una representación simplificada de un jarrón, aislado de cualquier contexto. Situado en un horizonte delimitado por dos bloques de color, la sencillez y eficacia de este fondo estructura el objeto para que no flote en la composición. La flexibilidad que ofrece el uso de la acuarela y el pastel al óleo sobre papel permite jugar con los colores en trazos suaves y vaporosos, recordando las variaciones del esmalte y las sombras proyectadas.
A continuación, los diseños se transmiten a los tejedores de la cooperativa marroquí Mabrouka, cuyo trabajo consiste en convertirlos en alfombras y kilims. En esta fase se delega la producción, que adquiere así una dimensión más conceptual. A Réjean Peytavin le interesa la interpretación inherente a un proyecto de este tipo. Más allá de la simple imagen tejida, esta cuestión de la traducción textil se ha planteado a menudo en las fábricas de Gobelinos y Aubusson. Para la ocasión, los tejedores dieron al diseño una nueva escala y textura, eligiendo los colores de las lanas para evocar los matices presentes en el papel. El diseño cambió, y la representación de las curvas y la profundidad se alteró, en particular como resultado de las diversas limitaciones técnicas, ya que en el tejido el fondo y la forma se construyen al mismo tiempo, en ángulo recto. La forma también evoluciona como resultado de la subjetividad y la historia cultural de cada tejedora. Los gustos y las técnicas difieren de una tejedora a otra, sobre todo en la forma de añadir y tratar los flecos.
Continuando su investigación sobre la circulación y el desplazamiento de las formas, Réjean Peytavin crea a su vez objetos de arcilla que se transforman en cerámica durante una cocción a alta temperatura. Toma como referencia la representación de jarrones encontrados en alfombras fabricadas en Marruecos. Esta nueva transferencia da lugar a una nueva apreciación que deja mucho a la imaginación, ya que se transforma en volumen. Mientras que algunas de las cerámicas de la serie conservan un acabado liso, para otras el artista utiliza una técnica especial de mechado de la arcilla apilando capas de montones cilíndricos. Esta técnica produce una superficie granulada que sugiere el aspecto tupido de ciertas alfombras. Además, las cerámicas permanecen totalmente cerradas por la boca. Se ven así privadas de su funcionalidad y se convierten en la expresión de formas puras.
Hay algo mágico en el acto de transposición, de transformación, de un estado a otro. Se crea una nueva cerámica a partir de una antigua pasando por diferentes medios: fotografía, dibujo y, después, textiles. Estos diferentes cambios de estado conllevan un elemento de esoterismo. En Spiritualiser la matière et matérialiser l’esprit (2016), Céline Bryon-Portet recuerda que: “Si toda una red de correspondencias podía vincular lo inferior y lo superior, según los alquimistas, es porque afirmaban el principio de la unidad esencial de la materia. Consideraban que las diferencias entre los elementos eran diferencias de forma o de evolución en un largo proceso de maduración, más que diferencias de naturaleza o de esencia: por ejemplo, pensaban que el plomo era un metal que no había alcanzado un grado de maduración suficiente para convertirse en oro. […] La unidad final que consagra la comunión de lo inferior y lo superior es, pues, de hecho, una unidad redescubierta después de haberse perdido […], ya que es posible gracias al principio originario de la unidad de la materia y de la unidad del cosmos”.
La cuestión del origen está en el centro de la serie Traduslation, y en particular la de las formas, su transformación, su recorrido y su transmisión. Debido a la forma en que se produce la serie, en cada etapa tiene lugar un diálogo que conduce a la creación de obras originales. En esencia, el proyecto es experimental, colaborativo, transhistórico e intercultural, y examina el principio mismo de la individuación al tiempo que desafía los límites disciplinarios entre el arte y la antropología. Tom Ingold en Faire: Antropología, arqueología, arte y arquitectura (2013) explica: “Me gustaría desarrollar una antropología que no sea una antropología del arte, sino una antropología con arte. En el marco de esa antropología, el arte debería considerarse como una disciplina que comparte con la antropología la preocupación por despertar nuestros sentidos y permitir que el conocimiento crezca desde dentro, formando parte del despliegue de la vida.”
Siempre a la búsqueda de historias que crear, Réjean Peytavin se complace en poner en juego varios relatos para celebrar lo que nos llega.
Todas las fotos: Tanguy Beurdeley. Infocerámica agradece a Réjean Peytavin la ayuda prestada para la realización de este artículo
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