La galería Jason Jacques, de Nueva York, presentó hace un año la obra del artista finlandés Kim Simonsson titulada “Moss People” (el pueblo, la gente de musgo), desde entonces, el mundo fantástico de estos niños verdes ha viajado por todo el mundo
Los niños de musgo
Wladimir Vivas
“El nombre Moss People hace referencia al camuflaje innato de los niños”. Kim Simonsson
Según la historia que el propio artista cuenta, cuando era un adolescente quería (como muchos otros chicos de su edad) ser futbolista. El azar quiso que, cuando acudía en bicicleta a su entrenamiento, perdiera sus botas de futbol y, de esta forma tan fortuita como inesperada, decidiera hacerse artista. Quizá no fuera exactamente así, pero la historia concuerda con la idea que vemos actualmente en sus niños de musgo. Niños que toman sus decisiones y las defienden, como quien defiende la ilusión incluso frente a la realidad.
Su “pueblo de musgo”, que podría perfectamente llamarse “niños del bosque”, parecen estar, incluso formalmente, a mitad de camino de los “niños perdidos” de James Barrie y el folclore nórdico, que en ocasiones no describe niños, sino seres de su tamaño. Estos seres viven entre los árboles, incluso se dice que se convierten en parte de esos árboles. En cualquier caso, ni en el País de Nunca Jamás ni el pueblo de musgo encontraremos adultos. Si esto es porque los adultos no son admitidos o porque los niños nunca crecen (o peor, porque los niños mueren) es algo que ni Barrie ni Simonsson nos cuentan; como en todos los cuentos y leyendas, como en el arte, las metáforas sirven para que cada cual entienda la historia de acuerdo a su propia experiencia, su ideales o sus sentimientos.
“El nombre Moss People hace referencia al camuflaje innato de los niños”, explica Simonsson. “Las figuras de color verde musgo se funden perfectamente con su entorno natural, igual que una suave alfombra de musgo cubre el suelo, las rocas y los troncos de los árboles y actúa como una especie de protección. Es el mundo de la Gente de Musgo, niños perdidos y desconectados, que evocan distintos personajes…, eligen líderes y acaban creando falsos ídolos”. Volvemos a las similitudes con la historia de Peter Pan, los niños que desarrollan una sociedad secreta e impenetrable, que se defienden contra las agresiones que reciben de fuera, y que puede simplificarse como el paso del tiempo (el tic-tac del reloj en el estomago del cocodrilo…). Los años, la lógica, la biología, pero también la perdida de las ilusiones infantiles es lo que mata la infancia. Los niños de Simonsson llevan cuestas sus juguetes, sus animales, sus fantasías, lo que los hace niños y les defiende del paso del tiempo, del exterior.
Además del aspecto habitual de la Gente de Musgo, Simonsson juega con esmaltes blancos lechosos, azules cobalto y negros antracita, así como con lustres metálicos de una amplia variedad; más recientemente, ha ampliado su producción escultórica para incluir figuras misteriosas, oscuras como la medianoche, flocadas en nailon negro azabache.
Simonsson trabaja en Fiskars Village, Finlandia, en un entorno rodeado de lagos y de bosques. Sus texturas y colores son el resultado de combinar la cerámica y los materiales y procedimientos industriales. En ocasiones prefiere el pequeño tamaño, acorde con lo que se espera de los espíritus del bosque, pero en ocasiones rompe con toda la lógica y crea monumentales esculturas.
Los niños del bosque son la verdad de la inocencia, de la naturaleza, del arte frente a la degradación que el tiempo propicia en los seres biológicos, pero también que el desarrollo y el progreso provoca en la naturaleza de nuestro mundo. Las dos caras de la evolución: lo que nos da la vida también nos la quita. Se puede decir que es el ciclo de la vida, que es inevitable, pero aún así nos queda el arte para proponernos la ilusión de que seguimos pudiendo ir al reino de los niños de musgo, al País de Nunca Jamás, antes de que nos alcance el Capitán Garfio.
Todas las fotos cortesía de Jason Jacques Gallery y del artista. Infocerámica agradece a la galería y al artista la ayuda prestada para la realización de este artículo
Más información:
Si quieres seguir leyendo artículos como este, apóyanos haciéndote socio de Infocerámica