Con motivo de la celebración del 50 aniversario de la Escola de Ceràmica de La Bisbal, Inga Freitas y Júlia Sangés, organizaron la construcción y cocción simultánea de cincuenta hornos de cerámica
“Celebración del 50 aniversario de la Escuela de cerámica de la Bisbal.
1972-2022“
Inga Freitas
Suena el teléfono. Es Dolors Ros (qué nervios). Quiere que le propongamos “algo” para el 50 aniversario de la Escola de Ceràmica de la Bisbal i Centre d’Artesania.
Cuelgo. Llamo a Júlia “hiperemocionada”: —Hola, ¿hacemos 50 hornos de papel?, ¿Un fueguito por cada año de l’Escola?
—Uauu Inga… ¿50 hornos?!! ¿¿¿Sí??? ¿Te imaginas? ¡Va, claro que sí!
Menuda locura. Ahora sólo hay que encontrar 50 motivades que quieran hacer una pieza horno y cocerla a leña. Toca pensar, empezamos a maquinar y perfilar tamaña hazaña.
Llamada: —Júlia, ¿te parece si invitamos a les alumnes y profesores de la Escola d’Art la Industrial de Barcelona, así sería una gran oportunidad para todes elles, podrían aprender la “autogestión cerámica”? Que se lo tomen como si fuera un curso de construcción y cocción a leña.
—¡Genial! Será una experiencia increíble, unos campamentos viviendo el proceso cerámico de principio a fin, y poder hacerlo en la Escola de la Bisbal es un regalo, tienen que conocer ese lugar. Además, con lo que nos seguimos emocionando nosotras cuando construimos nuestros hornos, no me puedo imaginar lo que supondrá para elles.
Poco a poco vamos perfilando la idea, la manera, el espacio, la fecha y se empieza una cocción a fuego lento. Estudiamos el espacio de la escuela dónde podíamos poner hornos. Y realizamos una prueba con dos hornitos a un metro y medio de distancia. Hornos hechos con 50 geros (ladrillos), 9 cañas de río, tres revistas del corazón (de las de papel con buen gramaje) y algo de barbotina. La cocción no podía fallar, tiro directo y chup chup.
Por otro lado, el número de persones horno (Fahrenheit 451) iba en aumento. Buen viento nos llevaba. Modificamos la construcción del horno a 60 geros para tener así más capacidad en el hogar. ¡Hay que tener en cuenta que para muches persones horno sería su primera cocción a leña! Pues ahí tenéis: uno bueno, bonito y barato.
Llega el gran día —alegría— en que tenemos la lista de los 50 hornos. Enviamos un correo electrónico por horno (en algunos hornos había más de una persona, incluso algunos casos de 4 persones por horno) y alea jacta est.
En el correo se explicitaban los detalles de construcción del horno, herramientas necesarias, EPI y duración del evento. Así como también instrucciones y medidas para realizar la pieza-horno. Para poder controlar las medidas de los hornos, las piezas debían ser de tamaños concretos, se pidió que fueran piezas con 30 cm de base y unos 40 cm de altura. Así la pieza quedaba perfectamente apoyada sobre los ladrillos y la altura no daría problemas a la hora de construir el tipi con las cañas. Las piezas deberían ser tipo chimenea y a poder ser con agujeros para disfrutar del fuego una vez caído el tipi.
Dolors (la directora del centro) nos cedería el jardín de la escuela para que pudiéramos acampar y así se hizo el entramado de esta celebración del 50 aniversario. Como es menester se estuvieron ultimando detalles e imprevistos pero se pudieron solventar gracias a la generosidad de todes. Todo olía a desorbitada emoción, la motivación general de esta acción ya merecía una canción.
Los días elegidos para fogarear fueron 22, 23 y 24.
El día 22 se construyeron los hornos y los tipis siendo la cocción el 23 (verbena de San Juan y noche de brujas) fue además una noche mágica que pudimos vivir sin petardos. ¡Sólo fuego!. Por último el 24 se recogió todo y se hizo una presentación-exposición efímera con todas las piezas en el jardín.
La verdad es que todo pasó demasiado rápido pero por otro lado fue como un sueño casi atemporal sin sensación de que pasara el tiempo. Júlia, ¿tú también lo sentiste así?
—Uffff… sí, ¡y qué intenso! Recuerdo un momento del día 22, durante la construcción de los hornos, levanté un momento la mirada y me quedé un rato paralizada. Vi a tanta gente en marcha, con las carretillas trayendo geros, como hormiguitas de aquí para allá, ayudándose entre sí… y me emocioné. Pensé… ¿pero qué hemos hecho? Esto es más grande e importante de lo que me imaginé jamás. Veníamos de unos meses de preparación y organización bastante estresantes, ya lo sabes, y ver que ¡al fin! habíamos llegado a San Juan y estaba marchando todo bien… pelos de punta, inolvidable.
Los 50 fuegos cociendo es una imagen que creo que muches tendremos guardada de por vida. Una alumna dijo que parecía una distopía y es que así se sentía. Mucho humo, fueguitos y calor humano. Todes disfrutando del oficio cerámico. Del aprendizaje magnífico que es estar al cuidado del horno para que la cocción sea correcta. Repito que para muches fue la primera vez que cocían y que estaban ante un horno de leña. Aiiinchhhh, ¡piel de gallina!
Entre las personas horno también había maestros del fuego tales como Carlets, Didi, Sergi Pahissa, Marta Martínez, Lur y otres ceramistas más que eligen el fuego siempre que tienen la oportunidad como Míriam Seguí, Marc Vidal, Laia Vers e Isolda Piñol. Sin horno pero velando por ellos Josep Matés y Dolors Ros. Todes elles colaborando en un acto de generosidad colectivo. En una fiesta cerámica haciendo lo que más nos gusta de nuestro tan variopinto y bizarro oficio (bizarro como sinónimo de valiente). Que es vivirlo intensamente, como bien dijo Javier Arana: Oficio y Pasión.
FemFoc somos Júlia Sangés e Inga Freitas, y todes aquelles que lo hacéis posible.
Fue un aniversario muy bello, para nosotres superó las expectativas en muchos aspectos. Aunque nos faltó la compañía de Marcos Pacheco (que estaba enfermo) y la de muches otres que no pudieron venir. Habrá que celebrar algo más en breve, ¿no?
Fotografía: Laia Vers.
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