El artista italiano Alberto Gianfreda utiliza la cerámica, entre otros muchos materiales para realizar sus esculturas y performances, como una forma de afrontar el dialogo entre materiales y disciplinas
“Alberto Gianfreda: la destrucción y reconfiguración de los iconos cerámicos”
Wladimir Vivas
Alberto Gianfreda nació en Desio (Milán) en 1981. En 2003 se licenció en Escultura en la Academia de Bellas Artes de Brera, donde se especializó en Artes y Antropología de lo Sagrado en 2005, desde ese mismo año es profesor de Técnicas de Escultura en la Academia Brera de Bellas Artes, en Milán.
Gianfreda es un artista que utiliza la cerámica como material escultórico, entre otros muchos, por su materialidad y por las transformación que son inherentes a su uso. Al tiempo, la cerámica le ofrece un mundo icónico respecto a la historia del arte y de la cerámica, debido a su influencia como objeto decorativo presente en todas las culturas, lo que hace de ella un elemento lleno de significaciones, que favorece que su destrucción y posterior montaje de los restos active una reasignación conceptual para la creación la obra artística final.
En su propia declaración artística se dice de él que “dedica el estudio y la investigación al lenguaje de la escultura, investigando las conexiones entre los temas de resiliencia e identidad. Buscar la adaptabilidad del material, a través de sistemas de montaje móviles, variaciones formales irrepetibles que hacen que la escultura sea única en un momento concreto.”
En esa búsqueda de la resiliencia como forma de entender las relaciones del arte con el espectador (y muy especialmente con el mercado del Arte), Gianfreda creo, funto a otros artistas italianos el movimiento Resilienza italiana, con el que trataba de “abrir la mirada, las prácticas y los aportes sin esperar la validación de su trabajo desde el “sistema del arte”, pero actuando en las elecciones y procesos que se pueden implementar en los contextos más dispares, fortaleciendo, hoy más que nunca, la conexión entre arte y vida.” (Entrevista de Irene Biolchini en Artribune, 13 de octubre de 2019.)
Como decíamos en la entradilla de este artículo, Alberto Gianfreda presta especial atención a la identificación de herramientas que permitan los diálogos disciplinares, y una de las herramientas que utiliza es la cerámica, por sus significados culturales pero también por la posibilidad de fraccionamiento, rotura, recomposición y exposición en pequeño formato. Esto puede ser importante, ya que este artista juega también con las escalas, desde la escultura monumental que debe dialogar con el entorno arquitectónico o natural, hasta la pieza, podríamos decir “de sobremesa”, que suele exponer en conjunto con otros objetos, o incluso inserta en la exposición publica de otras colecciones de objetos. En lo que podríamos interpretar como un intendo de trascender la obra artistica de su función de expresión personal hacia la interacción con el público.
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Wladimir Vivas
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