La vida sin un pug es posible, pero no tiene sentido

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Figuras de porcelana

“Mopsrudel”. (Foto: © Bernd Bauer.)

La producción de figuras de porcelana tiene su momento álgido en Meissen durante el siglo XVIII, cuando la alta sociedad las utilizaba como símbolo de su estatus, pero yambién como reafirmación de su estética y gustos

 “La vida sin un pug es posible, pero no tiene sentido”

Wladimir Vivas

Quizá si decimos “pug mill”, nos suene esta expresión inglesa, ya que es como se denomina la máquina que en castellano conocemos como “galletera”, que facilita la tarea de amasado de muchos ceramistas y es indispensable en los grandes talleres. Sin embargo, no vamos a hablar de nada que tenga que ver con maquinaria para la cerámica, aunque es divertida esta coincidencia, ya que “pug” (en inglés pella de barro) es como se conoce también a una popular raza de perros, que tiene su lugar en la historia de la cerámica.

Figuras de porcelana

“Pug”. Meissen, 4,7 x 5,3 x 2,3 cm. (Foto: © Bernd Bauer.)

Esta raza canina, tambien conocida como  “Carlin”, fue desarrollada en la China Imperial, donde tuvo gran popularidad entre los cortesanos. Era tal su importancia, que su llegada a Europa, en el siglo XVI, se produjo en forma de regalos diplomáticos. Desde entonces se consideró una forma de mascota-joya, pensada para estar en brazos de las grandes señoras de la alta sociedad.

Figuras de porcelana

“Dama de la ‘orden Pug’ con dos pugs”. Meissen, 1743. Modelado por Johann Joachim Kändler. 30,5 x 20 x 14 cm. (Foto: © Bernd Bauer.)

Como era de esperar, la porcelana y la loza del siglo XVIII reflejó la pasión que las cortes europeas sintieron por estas pequeñas y jadeantes mascotas. El modelista más importante de la Manufactura de Meissen, Joachim Kaendler, creó decenas de modelos de estos animales, en todas las posturas, colores y actitudes posibles, pero siempre reflejando la gracia que les caracteriza. Incluso llegó a realizar retratos de animales reales, como el del Conde Heinrich von Brühl, que quedó de esta forma inmortalizado en porcelana.

Figuras de porcelana

Pugs sentados con cachorro. Meissen. 18 x 17 x 11 cm. y 17,3 x 18 x 10 cm. (Foto: Foto: © Bernd Bauer.)

Y así llegamos a nuestros días. Afortunadamente ya no está bien visto tratar a los animales como si fueran juguetes, aunque se sigue haciendo y consintiendo, pero estas mascotas siguen siendo muy populares, incluso las fotografías de Andy Warhol con su pug en brazos, parecieron devolver esta raza a su función de animal elegido por las élites, en este caso culturales. Incluso el conocido autor cómico alemán Vicco von Bülow, llegó a decir “La vida sin un pug es posible, pero no tiene sentido”.

Figuras de porcelana

“Pug sentado sobre almohada morada”. Meissen, 1743-1745. Modelado por Johann Joachim Kändler. 12 x 10 x 5,5 cm. (Foto: © Bernd Bauer.)

Y es a través del humor como podemos conectar la imagen de las figuritas de porcelana con la estética Pop, incluso “Kisch”, que hacen que las podamos ver hoy en día con una mirada divertida. Por supuesto, los entendidos en antigüedades hablarán del valor de estas figuras como ejemplos del trabajo artístico de la Manufactura de Meissen, pero, más allá de este valor (que puede ser dudoso para algunos), podemos considerar este tipo de figuras como un precedente de la pasión actual por el “merchandising”, por poseer, en tamaño reducido, elementos de la vida que nos fascinan, pueden ser figuras de Star-Wars, tazas recuerdo de viajes, eventos o festivales, o personajes de la cultura manga. Esa era y es la función de estas figuritas: si amas un tipo de mascota, o una obra de teatro, una estrella de la música o una estética “super cool”, simplemente  te gusta tenerla presente sobre tu mesa o verla en la estantería de tu habitación. ¿Es frívolo? seguro,pero ¿qué más da? Nos gusta rodearnos de lo que nos gusta.

Figuras de porcelana

“Pug azul”. Meissen. 5 x 5,5 x 2,5 cm. (Foto: © Bernd Bauer.)


Portada del libro Courtly Companion

COURTLY COMPANIONS
Pugs and Other Dogs in Porcelain and Faience

Gun-Dagmar Helke / Hela Schandelmaier

200 páginas
22 × 28 cm, tapa dura.
Inglés / Aleman
48,00 €

www.arnoldsche.com


 Texto y fotos enviados por la editorial Arnoldsche Art Publishers. Queda prohibida la reproducción total o parcial de este artículos por cualquier medio electrónico o mecánico sin autorización por escrito de la empresa editorial


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