Del 28 de noviembre al 10 de enero se puede visitar en la Taberna Bolero, de Montilla, Córdoba, la exposición de cerámica de Antonio Ignacio González
Información enviada por la organización:
Vacío y forma de lo común
La obra de Antonio Ignacio González reunida en la serie “Ciudades posibles” se alinea con las propuestas de la nueva cerámica artística que está viviendo uno de sus mejores momentos en nuestro país, como pone de manifiesto la exposición L’art del buit que se ha inaugurado recientemente en la galería Artur Ramone de Barcelona. Las particularidades y complejidad de matices tanto técnicos como estéticos que convergen en este género son tratados en las piezas expuestas con una “poética de la forma” que se sumerge de lleno en la mejor tradición japonesa desde una hermenéutica occidental. No es casual que gran parte de la formación técnica y artesanal de Antonio Ignacio González se haya nutrido de la misma. Tal como él lo explica: “…trabajar con gente de otras culturas, de otros sistemas de trabajo y de pensamiento es muy enriquecedor. Había tenido experiencias de características similares en Japón, y en este caso también me parece de una riqueza tremenda porque tus mecanismos de pensamiento tienen que trabajar de otra manera. No funciona la palabra, sino los gestos, la amabilidad… otro tipo de lenguajes que no siempre estamos acostumbrados a usarlos.” Fruto de ello es una interesante obra de impresionismo plástico donde la insinuación, el simbolismo, la sugerencia y la sensorialidad se transforman en elementos estéticos que habitan las formas y texturas concebidas con una vocación abstracta. Cada obra de González nos susurra “nada es lo que parece”, evocando ciudades o guetos, las tallas de las puertas de los graneros Dogón o incluso papiros con escrituras cuneiformes. Lo más relevante de este imaginario artesanal es la llamada a una ética de lo común y al sentido colectivo, partiendo siempre desde la insalvable intimidad de los individuos. Con este hilo discursivo el artista montillano despliega una semántica del silencio, el espacio y la forma preñada de posibilidades, donde el minimalismo de las cuadrículas que andamian cada uno de los objetos apuntando al positivismo que instrumentaliza al ser humano es rápidamente suplantado por colores y formas pictóricas que ponen obstáculos e impiden la ontología fuerte de la razón. El propio autor alude a multitud de referentes: “desde las ‘ciudades invisibles’ de Italo Calvino hasta el Elogio de la sombra de Tanizaki pasando por Paul Klee, Antonio Ignacio se aferra al concepto japonés Wabi-Sabi para reivindicar una estética de la imperfección: el valor de lo casual e imprevisto como el verdadero configurador de la obra de arte.
Raúl Alonso
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Taberna Bolero
Calle Fuente Álamo, 9
14550 Montilla, Córdoba
Tel. 679 39 80 02
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Wladimir Vivas
Director de Infocerámica
Noticia enviada por Antonio Ignacio González
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