El Museo Internacional de Cerámica de Faenza (MIC) presenta, desde el pasado 1 de octubre hasta el 19 de enero del próximo año, esta exposición dedicada a uno de esos raros artistas que, en solo unos años, consiguen dejar una huella indeleble que su prematura desaparición no consigue borrar
ALFONSO LEONI (1941-1980), un genio muy talentoso y rebelde que, lamentablemente, falleció demasiado pronto
Text y fotos cortesía del MIC
El MIC Faenza ha realizado un concienzudo trabajo de investigación, comisariado por Claudia Casali en colaboración con el Archivo Leoni, para el montaje de esta muestra, que recoge por primera vez en una antología toda la obra del artista, con el objetivo de analizar la rica e intensa producción dedicada no solo a la cerámica sino también a los diferentes lenguajes del arte contemporáneo (pintura, gráfica, diseño o escultura).
Alfonso Leoni vivió en la provincia de Emilia-Romaña, en la ciudad de Faenza, donde estudió arte y cerámica en el Instituto de Arte Ballardini donde, a partir de 1961, también se convirtió en profesor de escultura. Su investigación artística estuvo constantemente en contra de las tendencias, proyectada a una nueva visión, cuyo objetivo era desligar la cerámica de los aspectos meramente técnicos y funcionales para elevarla a material escultórico.
Leoni fue un hijo de su propio tiempo. Fue un período, a finales de los 60 y 70, caracterizado por protestas sociales que desembocaron en la neovanguardia: pop art y nuevo realismo, performance y minimalismo. Ese ambiente le permitió estar al tanto de las tendencias del arte contemporáneo, apreciando tanto la obra de Fontana o Leoncillo como el arte japonés. Asimiló que los gestos, la acción y la imperfección (el wabi-sabi, la belleza de la imperfección de la filosofía budista) eran temas casi intrínsecos a su medio favorito: la arcilla.
El crítico Enrico Crispolti lo tomó bajo su protección y escribió: “Leoni estaba más interesado en el gesto que en el producto”. Recordamos las acciones de protesta y performances realizadas en las ediciones del Premio Faenza de 1974 y 1976. En la primera edición expuso sus obras cubiertas por una hoja como gesto crítico contra la competencia del jurado. En el segundo, distribuyó arcilla cruda a los visitantes mientras destruía algunas de sus obras antiguas con un martillo y luego mezclaba arcilla y fragmentos en una gran esfera. Finalmente, creó la “máquina celibi” en 1972-73, una serie de tanques fabricados con técnica de slip-casting, que eran un claro signo de protesta contra la guerra.
Su producción exploró las posibilidades de otros materiales como el papel, la pintura y el metal, también aplicados al diseño, encontrando en ocasiones soluciones adelantadas a su tiempo. Recordamos el Premio Faenza de 1976: las “Vitrinas arqueológicas”. Fue una especie de ready-made confundir la diacronía de la historia en una acción que, de alguna manera, recordó la actuación de Damien Hirst en 2017 con la exposición Treasures from the Wreck of the Unbelievable en Venecia. También recuerda la práctica, muy común hoy en día, de reutilizar material de desecho como la chatarra para hacer esculturas, o reciclar hojas de papel y borrar páginas de revistas de moda.
También exploró el diseño aplicado a la industria. Comenzó su colaboración primero con Maioliche Faentine, luego con los alemanes Villeroy & Boch y Rosenthal, que inmediatamente reconocieron su talento, proporcionando talleres y asistentes para realizar sus innovadoras ideas.
En su corta carrera, Leoni dejó una huella y un legado fundamentales para todo el mundo de la cerámica en Faenza y más allá. “Leoni ha sabido situar la cerámica en el centro de sus reflexiones, como provocación, como una voz fuera del coro, metáfora del cambio intelectual sobre todo -explica la comisaria Claudia Casali-. Partió de nuevo de la cerámica reconsiderándola desde un punto de vista conceptual como material de arte contemporáneo. Entendió que la cerámica era un material tanto antiguo como contemporáneo”.
“Senza titolo”, 1968 c. 0 x 70 cm. Óleo sobre lienzo.
“Possibilità 99”, 1966. 14 x 30 cm. aprox. Mayólica.
“Tondo P. (Tondo V)”, 1969. 16 x 26cm. Mayólica.
“Movimento musicale turchese (Tondo turchese)”, 1971. 20 x 42 cm. Mayólica.
“Flessuoso (Piegato)”, 1972. 48 x 33 cm. Mayólica moldeada en Gubbio 1974; Roma, 1975; Rovigo, 1976 y Milán, 1976.
“Torsione turchese”, 1973-74. 48 x 52 x 46 cm. Mayólica.
“Torsione”, 1973-74 . 53 x 38 x 50 cm. Terracotta.
“Senza titolo” (serie “Piegati”), 1979-8. 35 x 9 x 15 cm. Mayólica moldeada.
“Senza titolo”, 1970. 10 x 56 x 47 cm. Terracotta.
“Carro potente”, 1972-73. 38,5 x 51 x 28 cm. Mayólica. Faenza 1973.
“Senza titolo”, Heinrich e Villeroy & Boch, Mettlach 1977. 4 x 23,3 cm. Porcelana.
Alfonso Leoni (1941-1980)
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Wladimir Vivas
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