La escultura figurativa del artista italiano Paolo Porelli indaga en la creación de iconos contemporáneos que nos retrotraen a las imágenes de la religión católica, con la asignación de atributos que cuentan su historia, lo que, en ocasiones, lleva a imágenes grotescas
Paolo Porelli: Del estereotipo al arquetipo
Porelli comenzó su experiencia expresiva como pintor, obteniendo su licenciatura en la Academia de Bellas Artes de Roma, posteriormente se dedicó a la escultura cerámica en respuesta a una necesidad de fisicalidad, volumen y material cromático. Según Porelli “Siempre he utilizado una figura antropomórfica como metáfora de la realidad, una amalgama de experiencia personal, aspectos perceptivos y lenguajes histórico-artísticos”.
Con su escultura, Porelli quiere dar acceso a una dimensión arquetípica de la realidad, condensando contaminaciones surrealistas, proliferaciones Pop y simbolismo arcaico en su lenguaje visual. Las invenciones antropomórficas que elabora producen un efecto de extrañamiento de la figuración, creando absurdos iconográficos y una nueva mitología del presente. Con su repertorio humano, Porelli enfatiza las cuestiones críticas de la humanidad contemporánea y todos los fenómenos que subyacen a la sociedad, incluida la insostenibilidad de la civilización como modelo de desarrollo y su incompatibilidad con la naturaleza. Su escultura se convierte en un ejemplo de eclecticismo cultural y nomadismo histórico, representando estilísticamente la globalización expresiva de la creación. Además de la pintura, la obra de Porelli encuentra su técnica expresiva preferida en la cerámica, tanto por la conexión de este material con las raíces ancestrales del hombre, como por su versatilidad, que le brinda la oportunidad de expresar conceptos actuales, modernos y contemporáneos.
Las esculturas producidas principalmente por colada o moldes de presión, realizados a partir de figurillas históricas o escaneos 3D de individuos contemporáneos, sirven como pretexto para realizar una transformación y llegar a un “sujeto escultórico” que es tanto individual como original. Una constante de las variaciones que impulsan las esculturas hacia la regeneración continua es el intento de establecer el rango estroboscópico de la esencia humana. Se forma un prolífico grupo de figuras complementarias que llena el vacío entre dos polos opuestos de la existencia.
Las figuras de Porelli son un ejemplo de pura creatividad que expresa un impulso incesante por el descubrimiento de los infinitos matices que componen el misterioso mundo de la realidad. Son un gran ejercicio de metamorfosis, fugacidad y relatividad del proceso creativo, que a través de un proceso inverso, convierte el estereotipo en arquetipo.
Extracto del texto enviado por el artista
Paolo Porelli nació en Roma, Italia (1966). Después de graduarse en pintura en la Accademia di Belle Arti di Roma, Porelli comenzó un periodo de experimentación en cerámica, descubriendo que la figura humana sería el máximo referente en su expresión artística.
La cerámica continúa siendo su medio principal, aunque en ocasiones integra “ready-mades” en sus esculturas, así como reproducciones de objetos encontrados. En sus instalaciones encontramos figuras de todos los tamaños, desde miniaturas a tamaño real.
En 2012 Porelli fundó el estudio CRETA Rome, un centro cerámica y de bellas artes en el que ofrece residencias para artistas internacionales.
Mensaje de Wladimir Vivas:
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Wladimir Vivas
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