El ceramista chileno Fernando Casasempere tiene una larga trayectoria que le ha llevado a trabajar y vivir actualmente en Reino Unido, donde está inmerso en el mundo del arte
Texto: Wladimir Vivas
Fernando Casasempere nació en Chile en 1958. Estudió cerámica en la efervescente Barcelona de los años ochenta, para después volver a Chile, donde comenzó una prolífica carrera que le llevó a ser el primer artista contemporáneo que expuso en el Museo Chileno de Arte Precolombino de Santiago de Chile, seguida de otras exposiciones en la AMS Marlborough y otras galerías internacionales, lo que le produjo una sensación de haber llegado ya a un objetivo como artista. Esto le motivo a salir de esa zona de confort, trasladándose a Londres para volver a empezar su carrera, esta vez como artista inmigrante y, en cierto modo, desconocido y novedoso en el mundo artístico de la capital británica.
En Londres comenzó exponiendo, en la prestigiosa galería Besson, una nueva obra más pequeña y, en cierto modo, intimista, que conformaba estrechando el barro entre sus manos, o en otros pliegues del cuerpo: entre sus brazos o en el hueco posterior de la rodilla. Esta idea se fue desarrollando y aumentando de tamaño, lo que posibilitó que sus esculturas adquirieran hueco interior, con lo que consiguió dar una nueva “vuelta de tuerca”, volviendo una vez más a esa esencia conceptual de la cerámica que es el hueco o vacío interior; la capacidad, aunque sea metafórica, de ser un “contenedor”, una “vasija”.
La trayectoria artística de Casasempere se caracteriza por la evolución. Cuando se ve esta evolución en su conjunto, para lo cual nada mejor que tener entre las manos el magnífico libro publicado recientemente sobre su obra, se observa como cada una de las etapas por la que esta ha ido transcurriendo están interconectadas, lo que dota al conjunto de su trabajo de una coherencia basada más en los conceptos que en la estética.
Conceptos como la relación del artista con el material que emplea. Casasempere va revelando los diferentes aspectos que tiene la cerámica, no solo como material sino también como idea, como la materia de la que está formada la Tierra y, por consiguiente, aunque sea metafóricamente, la materia de la esta hecho el ser humano.
Se muestra preocupado por los deshechos. En algunas ocasiones sus piezas son como las secciones que los geólogos extraen de la tierra para estudiar la evolución o el paso del tiempo a través de los estratos que quedan al descubierto. Algo que, aunque a pequeña escala, reproducen los ceramistas de todo el mundo cada vez que extraen con las manos un puñado de barro del cubo de reciclado, encontrando, no sin cierta sorpresa, pedazos de esas piezas que fueron descartadas y que, no obstante, nos muestran ahora “algo” que no supimos ver cuando las desechamos.
Y esa es otra de las claves de la obra en cerámica de Fernando Casasempere: la reutilización, la resignificación, la nueva vida que constantemente damos a los materiales, a la cultura, a la memoria o a la historia personal.
La variedad de las propuestas en la obra de Casasempere, o esa constante evolución de la que hablamos, es fruto de la idea del movimiento constante como forma única de búsqueda en el arte, desde la influencia y las reflexiones plásticas en torno a la herencia de las culturas del Chile precolombino a las instalaciones de miles de flores de porcelana o papel instaladas en jardines o grandes salas, desde las pequeñas e intimistas piezas a las grandes esculturas públicas. La única constante en esta trayectoria es la relación con la memoria, tanto personal como colectiva; con los materiales (hay que recordar que Casasempere, en su traslado a Inglaterra, se llevó consigo diecisiete toneladas de arcilla chilena, que mezcla con desechos industriales, principalmente el cobre, que es como la sangre que da carácter a la geología chilena.)
Esta relación con la tierra y el paisaje chileno es evidente en sus instalaciones en el desierto de Atacama o en sus pinturas, que si se observan descontextualizadas, pueden parecer ejercicios de abstracción pictórica, pero que, una vez que conocemos la historia y las imágenes de los yacimientos chilenos de litio, no pueden por menos que sugerirnos algo así como “retratos” de la tierra, no paisajes, sino auténticos retratos de la tierra chilena.
Esto se encuentra en diferentes aspectos, no solo de la obra pictórica, sino en general en la obra artística de Fernando Casasempere, como escribió el artista británico Edmund de Waal con motivo de la exposición de Casasempere en la Galería Marlborough de Chile en 2003: […] “trabaja guiado por un profundo entendimiento de la especificidad de los materiales, que lo ubica dentro del contexto cultural del movimiento artístico Land Art o Earth Art. Así, aunque el material que emplea es local, su visión es internacional. Sus materiales chilenos son usados de una forma absolutamente contemporánea.” (Edmund de Waal. “Fernando Casasempere. Works/obras 1991-2016”, pág. 88.)
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Infocerámica agradece a Fernando Casasempere la ayuda prestada para la realización de este artículo.
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