Ana Belén Montero termina con este artículo la serie dedicada a la construcción de un sencillo y barato horno de leña para la cocción de cerámica
El último de estos artículos nos lleva a los últimos trucos para llegar a buen puerto en la construcción de este horno, que puede ser una excelente forma de introducirse en el fascinante mundo de las cocciones de leña.
Parte 1 – Parte 2 – Parte 3
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Cómo construir fácilmente un horno de leña para cocer cerámica
Parte 4
Con este capítulo sobre el techo o la bóveda llego al final de mis explicaciones sobre cómo construirse un horno de leña para cocer cerámica. Si os interesa y queréis tratar de construirlo, manos a la obra! Sólo necesitáis tener ganas de experimentar y tenacidad para no veniros a bajo si las cosas no funcionan a la primera…
El techo o bóveda:
Este es sin duda el elemento que más he tenido que mejorar, probando diversas posibilidades para adaptar el plano inicial que no me parecía satisfactorio. Bien, os explico: el horno inicial para bizcocho y rakú se cubría simplemente con unas placas refractarias (del mismo tipo que las que se usan dentro del horno), recubiertas de la lana aislante que os comentaba. A pesar de estar recubiertas, estas placas duraron poco y se quebraron en un par de cocciones…
Traté de encontrar otro tipo de placas aislantes en industrias de materiales refractarios con resultados bastante malos: o las placas se deformaban, hundiéndose en el centro por el peso y el calor, o no eran lo bastante aislantes, o se rompían… Se me ocurrió ponerle un techo similar al que usé para cerrar los huecos de carga cuando se quiere cocer en reducción – y aprovecho aquí para explicaros cómo hacer tanto uno como el otro.
Compré rejillas de las que se usan para el hormigón armado, con metal bastante grueso para que no se doblara. Lo hice cortar a medida teniendo en cuenta que lo doblé a los lados para poderlo sujetar – poner y quitar. Luego, le “cosí” lana aislante para alta temperatura usando botones que yo misma había fabricado con arcilla refractaria para alta temperatura. Usé para ello, hilo de kanthal adaptado igualmente a dicha temperatura.
Hago aquí un inciso sobre la necesidad de protegerse cuando se usa la lana aislante ya que el polvillo que suelta es cancerígeno y no se debe respirar. Nos afirman que las lanas que se venden actualmente son menos tóxicas pero me imagino que de una forma u otra, es mejor no arriesgarse y usar mascarilla siempre que se use la lana.
Aquí os pongo unas fotos para que veais de qué se trata.
Por supuesto, si sabéis soldar o tenéis a mano alguien que os lo pueda hacer, podéis construir una bóveda siguiendo el mismo sistema: lo importante es que tanto el horno como el metal estén perfectamente aislados.
Por mi parte, concluyo lo que me había propuesto: compartir experiencia. No dudéis en poner algún comentario o contactarme en privado si preferís: estaré feliz si me mandáis fotos de vuestros hornos y/o cocciones. Y para cualquier duda que surja, aquí estoy. También estoy disponible si un día queréis organizar un taller o coloquio sobre el tema. Sea lo que sea, disfrutad y sed felices creando y experimentando: ¡nos lo merecemos!
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Infocerámica agradece a Ana Belén Montero su colaboración para la publicación de este artículo, para el que ha aportado el texto y las fotos.