Seguimos ofreciendo información de una de las iniciativas ejemplares que nos ofrece la escuela de Arte de Talavera de la Reina (Toledo), en esta ocasión contamos con el testimonio de una de las residentes: Monika Patuszynska
Monika Patuszynska estuvo en Talavera de la Reina entre los mes de febrero y marzo pasados. Patuszynska nació en Varsovia (Polonia) en 1973. Después de estudiar Bellas Artes comenzó su carrera en la cerámica donde ha destacado impartiendo cursos, participando en congresos y haciendo residencias artísticas por todo el mundo. Su obra le ha valido para ser admitida como miembro de la Academia Internacional de la Cerámica.
la entrevista tiene lugar en una de las amplios talleres de la Escuela de Arte de Talavera, que durante unas semanas ha acogido el trabajo de esta artista.
Wladimir Vivas. ¿Qué piensas acerca de este tipo de residencias?
Monika Patuszynska. Pienso que este tipo de residencias son muy importantes para los artistas, ya que es un tiempo durante el que los artistas tienen el privilegio de no tener otra cosa que hacer, la única obligación es trabajar, hacer piezas, es la única función que realmente tienes. En la “vida real” siempre tienes cientos de cosas que hacer, por lo que aquí te puedes centrar exclusivamente en la creación. A todos los sitios a los que voy trato de hacer trabajos diferentes, puedes tratar de ampliar los límites que tenemos grabados en nuestra mente, sobre lo que es cerámica y lo que no
¿Intentas adaptar tu trabajo a los sitios en los que realizas residencias?
No lo hago intencionadamente, pero creo que ocurre; para un creador, cuando juntas diferentes cosas, diferentes elementos o diferentes experiencias, se producen diferentes trabajos
En una ocasión alguien te preguntó que si alguna vez habías hecho cerámica funcional y tu contestación fue que tu cerámica era funcional ¿qué es lo querías decir?
Yo comencé a hacer cerámica en Dinamarca y creo que mi sentimiento de lo que es la cerámica proviene de esa idea escandinava de que la cerámica tiene su origen en la vasija, el contenedor de agua; Si observas mi trabajo parecen contenedores, quizá no funcionales, porque tienen roturas y agujeros, pero mantienen ese espíritu de la vasija y eso me resulta muy interesante porque es algo que la gente ha utilizado y que se mantiene vivo como idea, como forma, incluso después de que esas cerámica se dejan de usarse. Es algo que me sitúa en la historia de la humanidad, en lo más básico para el ser humano.
Quizá en la línea del concepto “vasija” (“vessel”) de los ceramistas norteamericanos como Voulkos…
Bueno, yo no creo objetos para ser usados…, una vez hice piezas sin aperturas, sin agujeros, y no me hicieron sentir bien. De alguna manera siento que la cerámica necesita esas aperturas, es el interior y el exterior de las piezas y cómo se diferencian; realmente quiero mostrar el interior de mis piezas y la vasija es la forma perfecta para enseñar tanto el interior como el exterior.
¿Crees que este concepto “vasija” es una de las cosas que marcan la diferencia con otras formas de creación, como la escultura o la pintura?
Es posible. En una ocasión, hablando con un ceramista que hacía trabajo más escultórico, me dijo que no debería hacer aperturas porque así podría vender más caras…; es una idea graciosa que sin hacer agujeros mis piezas podrían funcionar mejor (económicamente), pensar que algo con un agujero pierda valor automáticamente.
¡Con agujero es una vasija, sin agujero es una escultura!
¡Si! (risas), y una escultura es mucho más cara…, y quizá eso sea parte de mi protesta personal.
¿El uso de moldes en tu trabajo es también una idea conceptual o simplemente una técnica?
No utilizo moldes nuevos, porque rompo un montón de ellos, no tendría mucho sentido producir algo para después romperlo, al menos esa es mi lógica. Además, yo viajo mucho y trabajo en diferentes sitios utilizando los moldes de cada lugar, lo que ha que esas piezas sean de ese sitio en concreto; suelo romper los moldes, pero también suelo dejar una parte intacta, de forma que se pueda ver el diseño original que permita identificar que esa pieza se hizo, por ejemplo, en Talavera. Además, encontrar moldes tiene algo de aventura. Me gusta pensar como el escultor que encuentra una piedra y después piensa en el tipo de escultura en que esa piedra se convertirá. Así es como pienso, encuentro moldes y, después, ellos me dicen debo usarlos, en qué proporcionas, qué tipo de pieza debo hacer.
Y el uso de moldes viejos es una manera de introducir contenidos o ideas…
Si, si…, las ideas…
… a través de la historia de esos moldes.
Las ideas de cada sitio, pero los moldes también me permiten “hablar” con la gente, es una buena forma de interactuar, de conocer mejor el sitio, salir del estudio e ir a todos esos lugares, conocer más personas que si estuviera en el estudio, es mi forma de salir al mundo real.
¿Alguna vez utilizas moldes de diferentes sitios en la misma pieza?
Si, hice una serie que se llamo “Bastard”, esta serie comenzó porque tenía algunos moldes en los que incluso habían crecido plantas. Estas piezas me sugieren la idea de híbridos construidos con diferentes elementos, de diferentes sitios, de diferentes moldes. Las llamo “bastardas” porque yo soy como su madre, pero tienen diferentes padres, nadie sabe quien es realmente el padre.
Que proyectos tienes para el futuro
Volver a casa unas semanas, y después viajar a Bélgica para una cocción de leña; más tarde iré a una residencia en China, y de allí a Bali, donde haré un “Workshop” a finales de julio.
¿Para ti es importante viajar?
Mucho, es una forma de salir de la rutina del estudio, y es entonces cuando surgen mejor las ideas.
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Infocerámica agradece a la Escuela de Arte de Talavera la ayuda prestada para la publicación de este artículo, y muy especialmente a Monika Patuszynska por el texto. Las imágenes se publican con el permiso expreso de los autores exclusivamente para la promoción de las residencias. Todos los derechos reservados.