La ceramista española afincada en Bélgica Ana belén Montero continúa en este nuevo artículo explicando la forma de construir un sencillo horno de leña para la cocción de cerámica
En este artículo la autora establece y muestra algunos detalles imprescindibles para llegar a buen puerto en la construcción de este horno, cuya finalidad es la iniciación en esta forma de cocción, que, por sus propias características, se convierte en una manera de hacer cerámica que da a los ceramistas plena consciencia del proceso de cocción.
Parte 1 – Parte 2
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Cómo construir fácilmente un horno de leña para cocer cerámica
Parte 3
Tras las explicaciones generales y el detalle de cómo construir la base del horno (que os recuerdo, puede servir tanto para baja como para alta temperatura, simplemente adaptaréis los materiales y el grosor de las paredes), aquí os explico cómo construir la cámara de combustión y la chimenea.
Empezar a construir el horno: cámara de combustión
Se empieza la construcción de las paredes de la cámara de combustión, que es la que está abajo. No olvidar dejar el hueco en la pared de delante para la carga de la leña. Aconsejo igualmente dejar un hueco pequeño en cada pared lateral a nivel del suelo o en la parte de detrás para que el oxígeno pueda entrar y quemar totalmente la leña. Estos huecos se deben poder cerrar si necesario con un ladrillo refractario o aislante adaptado a la temperatura que se necesite (baja o alta).
Si se quiere cementar los ladrillos, habrá que usar un cemento refractario o cola refractaria especial, igualmente adaptado a la temperatura a la que vayamos a cocer.
En el caso del horno que aquí describo, no lo cementé y a pesar de ello, duró varios años. Supongo que de haberlo mantenido, habría tenido que cementarlo y meterlo en una estructura de metal que sujetara las paredes – eso evita que las expansiones y contracciones sucesivas debidas a las cocciones provoquen que se desmorone.
Aconsejo una cámara de combustión suficientemente grande, especialmente si se quiere cocer a gres: mi primer horno tenía una cámara demasiado pequeña y a menudo no conseguía cocer a alta temperatura sin tener que sacar las brasas en plena cocción. Os explico: según se va quemando, las brasas se acumulan. Por supuesto, esto es benéfico ya que la temperatura sube y la leña se calienta cada vez más rápido cuando se carga. Si esta cámara no es lo bastante grande, puede pasar que se llene de brasas y no podamos seguir cargando leña… La única solución para seguir cargando, si no se ha llegado a la temperatura deseada, es sacar las brasas con la consecuente pérdida de calorías.
Así que, según mi experiencia, una cámara de combustión adaptada tendrá el mismo volumen que la cámara de cocción o un volumen muy ligeramente inferior.
Colocar la placa que separa la cámara de combustión de la cámara de cocción:
Para colocar la placa me parece también que hay dos posibilidades fáciles: o bien se ponen unas columnas o ladrillos en la base junto a las paredes para que la sujeten o bien se construye la pared poniendo algunos de los ladrillos que están en el nivel adecuado ligeramente más adentro.
Construir la cámara de cocción y la chimenea:
Se sigue construyendo la pared. Se deja el espacio para la chimenea según se ve en la foto. La chimenea se separa de la cámara de cocción con otra placa refractaria de la medida adecuada. Esta placa reposa sobre un par de ladrillos lo cual deja el espacio suficiente para que la llama pueda salir por la chimenea y para tener buen tiro.
El plano para el horno para bizcochar y hacer rakú no necesita una chimenea muy alta. En realidad, la chimenea llega exactamente hasta la altura de la pared de la cámara de cocción.
Sin embargo, si queremos un horno que suba a temperaturas para gres y porcelana, necesitaremos subir la chimenea: no es necesario, como en los grandes hornos, que se llegue a varios metros, pero sí es verdad que cuanto más alta mejor…En mi caso, fui subiéndola a medida que mi experiencia aumentaba y llegué a tener una chimenea que sobrepasaba más o menos 1 m el techo del horno. Os aconsejo que probéis ya que sé que el tiro depende mucho de la situación – ¡a no ser que seáis ingenieros y entendáis las complejas fórmulas matemáticas que se encuentran en los libros que tratan este tema! 😉
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Infocerámica agradece a Ana Belén Montero su colaboración para la publicación de este artículo, para el que ha aportado el texto y las fotos.