El pasado 19 de enero nos dejó Nino Caruso, uno de los más grandes ceramistas italianos, cuya trayectoria marcó la cerámica arquitectónica en el último medio siglo
Nino Caruso falleció a los 89 años. Nacido en Trípoli de padres sicilianos, vivió en su juventud el ambiente artístico romano denominado “Villa Massimo”, donde coincidió con Guttuso, Mazzacurati, Leoncillo o Brunori. Caruso fue director de la Academia de Bellas Artes de Perugia y autor de varios manuales de cerámica.
Además de su labor en el mundo del arte, también se puede destacar el compromiso político de Nino Caruso, que militó en el partido comunista, lo que le llevó a ser expulsado de Libia en 1951, donde trabajaba como tornero en una fábrica de cerámica.
La aportación de Caruso a la cerámica contemporánea se inscribe en el uso de la seriación de elementos, y la composición de espacios arquitectónicos en dialogo con la tradición.
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