Del 20 al 27 de agosto se celebró en el C.I.F.P (Instituto de Formación Profesional da Xunqueira) una nueva edición de este evento internacional que en esta ocasión contó con la presencia de Shimcha Even-Chen, de Israel, y Gregorio Peño, de Villafranca de los Caballeros (Toledo).
Estos cursos se celebran anualmente desde 1989 y en sus cerca de treinta años de historia han acogido a decenas de importantes ceramistas, que durante unos días explican a los participantes sus técnicas, filosofía y formas de trabajo. No se trata de un curso al uso, sino más bien unas jornadas de trabajo en común con los artistas invitados.
Rocio Mosquera, participante en estos cursos desde hace años, nos ofrece su visión de lo que aconteció en Pontevedra.
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XVIII Curso Internacional de Cerámica Contemporánea de Pontevedra
por Rocío Mosquera Barettino
Desde hace años asisto al curso de cerámica de Pontevedra y sé que me voy a encontrar con grandes profesionales dispuestos a transmitirnos su pasión por la cerámica. Éste año los profesores fueron Shimcha Even-Chen y Gregorio Peño.
Simcha Even-Chem nos mostró su impresionante trabajo. La técnica utilizada por ella, el rakú desnudo que domina a la perfección creando unas piezas impresionantes. Simcha proviene del mundo de la investigación científica, ése mundo en el que son tan importantes la pruebas, el no darse por vencido, el aprender de los errores , el ir siempre avanzando , mejorando y buscando el por qué.
Con Gregorio Peño aprendimos a realizar esmaltes con los que jugar a que se derrumben, a que se desplomen sobre unas piezas de una perfección formal extrema. Él nos contó que proviene de una familia de alfareros , que la cerámica la lleva en las venas y que, partiendo de todo ese bagaje cerámico, Gregorio le da un giro conceptual y convierte el barro en una piezas escultóricas contemporáneas en las que no hay que pararse sólo a contemplar una técnica, sino que con ellas él quiere transmitirnos emociones. Su lenguaje formal nos produce sensaciones y nos emociona de distinta manera según cada cual las interiorice.
Al final, la conclusión que saco de todos los años en los que he asistido al curso es que somos unos privilegiados, ya que nos enseñan a humanizar la cerámica, a aprender técnicas, sí, pero unidas a una forma de trabajar, a un amor por una disciplina a la que hemos de respetar. Sabiendo que los profesores nos abren una puerta a una técnica, pero que nosotros en nuestros talleres hemos de personalizar y seguir investigando.
Cómo siempre, la ciudad de Pontevedra y alrededores nos acogen con amabilidad, con esas calles llenas de gente, con esas tapas que tan bien nos hacen después de un día de trabajo. La residencia de estudiantes de Pontevedra, en la que tan bien nos tratan año tras año, hay que dar las gracias a su director Óscar Álvarez por permitirnos quedarnos allí y por crear un ambiente muy acogedor en su centro.
No me quiero olvidar de la labor de Xela Pesqueira, que hace que todo esto sea posible, que los profesores sean excelentes, que estemos todos a gusto, que solo nos tengamos que preocupar de aprovechar el curso.
Curso en el que aparecen empanadillas de cabello de ángel, fresas silvestres compradas a las aldeanas, ricos mirabeles; en dónde disfrutamos de la generosidad de los compañeros, en dónde aprendemos unos de otros y, supongo que es eso lo que se intenta, que se cree un ambiente en el que se respete a la cerámica y se comprenda ésta disciplina que nos tiene a todos “enganchados”.
Gracias a Xela Pesqueira, a Xulio Montero, a Sonia Abollo y a Mar Barral, por su increíble generosidad, sin ellos esto no sería posible.
Ahora tenemos que esperar a que llegue el año próximo y los siguientes, a que se cumplan los treinta años del curso y muchos más.
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Más información: www.ceramicnova.es
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Se prohíbe el uso o reproducción del texto y las fotos, que se publican en Infocerámica con permiso del autor, a quien agradecemos su colaboración. Nuestro agradecimiento también a Xulio Montero Cabrera, por las fotografías y el permiso para publicarlas.
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