Fue en el año 1800 cuando Sir William Herschel, de manera accidental, mientras experimentaba con diferentes lentes para sus observaciones de astronomía, descubrió la radiación infrarroja al hacer pasar la luz solar por un prisma y colocar un termómetro con el bulbo ennegrecido en cada color y ver que la temperatura se incrementaba gradualmente desde el violeta al rojo.
Herschel, al mover el termómetro a la región oscura, sin luz (más allá del rojo visible) vió que la temperatura seguía incrementándose y denominó a esta nueva región del espectro “espectro termométrico”, en ocasiones “calor oscuro” y hasta “rayos invisibles”.