No siempre las obras de arte buscan la belleza formal, en el caso de la pieza de esta semana, el músico norteamericano de blues James “Son-Ford” Thomas, ofrece una representación de la muerte que no evita la posible sensación desagradable.
James “Son-Ford” Thomas (1926-1993) fue un músico de blues, una música que, como en algunos momentos del flamenco, consigue la máxima expresión bajando a los infiernos de la experiencia del ser humano, en su obra escultórica (de barro sin cocer), este artista encontraba la expresión de lo que le rodeaba en el medio rural del Misisipi de mediados del siglo pasado, que no siempre era agradable para un músico negro de origen humilde. Sus cabezas y cráneos expresaban un horror que no es agradable pero inevitable.
Esta pieza se pudo ver en la exposición James ‘Son Ford’ Thomas: The Devil and His Blues de la 80 Washington Square East Gallery de la Universidad de Nueva York hasta el pasado 7 de agosto.
Foto: James “Son-Ford” Thomas. “Untitled”, 1987. 29,2 cm. Barro sin cocer, pelo artificial, cuentas de vidrio, pintura y botón (Foto: Marie Catalano. Courtesy of William S. Arnett Collection of the Souls Grown Deep Foundation para la galería 80WSE)
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