Museu del Disseny de Barcelona

by Infocerámica 15 de diciembre de 2014

15 de diciembre de 2014

El pasado 13 de diciembre se inauguraba el nuevo Museu del Disseny de Barcelona, que ha confirmado que la supuesta integración del antiguo Museo de Cerámica en este nuevo proyecto se traduce en una triste realidad: se ha cerrado uno de los mejores museos de cerámica del mundo y sus fondos pasan a estar almacenados en cajas.

Quizá sea simplificar, pero esa es la impresión que sacamos de las cifras el museo: el nuevo Museu del Disseny tiene unos fondos de 77.000 objetos, producto de la “integración” (nótense las comillas) de las colecciones del Museu de Arts Decoratives, Museu de Ceràmica, Museu Textil i d’Indumentèria y el Gabinet de les Arts Gràfiques. De estos 77.000 objetos, casi una tercera parte son cerámicas (22.000 piezas), de las cuales están expuestas unas pocas docenas, principalmente en la segunda planta del museo, bajo el título de “¡Extraordinarias! Colecciones de artes decorativas y artes de autor (siglos III al XX)”, en donde, según la promoción del propio museo “el discurso conecta las artes decorativas con las artes de autor contemporáneas, cuyo hito más visible y conocido son las grandes figuras del arte del siglo XX, Picasso y Miró, quienes desarrollaron su mundo personal a través de las formas tradicionales de los alfareros, actualizadas ahora por ceramistas contemporáneos como Suzzane y Georges Ramié o Llorens Artigas”.

Es también destacable que en el dossier de promoción del nuevo museo se pasa revista a las colecciones, ofreciendo nombres, fotos y fichas completas de objetos de diseño y decoración, desde grifos monomando, sillas, pinzas para hielo, lámparas o un asador de pollos (todas ellas piezas interesantes como referencia del diseño industrial y contenido lógico de cualquier museo de diseño); sin embargo, las cerámicas no parecen tener la misma importancia en el contexto del museo, ni la cerámica histórica, ni la de Artigas, Picasso, Cumella, Miró o Casanovas.

De momento, y hasta poder visitar el nuevo museu, la sensación que deja el trato que se le hace a la cerámica en sus notas de prensa, dossier informativo y página web (donde solo es posible ver un par de piezas de cerámica histórica) hace temer que la cerámica vuelva, en este nuevo espacio museístico, a ser considerada exclusivamente como un arte menor, heredero de la historia y la tradición y “honrado”, en ocasiones, con la atención de “auténticos artistas”, como Picasso o Miró.

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