El pasado año Vicente Sánchez presentó su proyecto fin de carrera en la Escuela Superior de Cerámica de Manises, que versaba sobre el diseño y proyecto de construcción de un horno cerámico de combustión mixta: gas propano y combustibles vegetales. Para este trabajo contó con la turoría de Maite Larena Colon. En el siguiente artículo presentamos este trabajo y ofrecemos la posibilidad de acceder al proyecto completo.
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Presentación del trabajo de Vicente Sánchez:
“Proyecto para la construcción de un horno cerámico
de combustión mixta: gas propano y combustibles vegetales “
por Wladimir Vivas
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Construir un horno de leña es siempre una decisión difícil que debe sopesarse con mucho cuidado; están las dificultades técnicas y prácticas de la construcción, además de los problemas que puede tener posteriormente la cocción del horno, ya sea por temas como el acceso al combustible o las reglamentaciones legales, además, por supuesto, del gasto que conlleva la construcción. Sin embargo, las satisfacciones personales de construir personalmente el horno, junto a las características especiales del resultado que se consigue, son más que suficientes para que plantearse la construcción de un horno de este tipo.
La satisfacción personal siempre es difícil de definir, ya que depende de elementos totalmente subjetivos, pero se podría tratar de concretar en la posibilidad de controlar el imprescindible proceso de cocción. Muchos ceramistas fijan su foco exclusivamente en el resultado, considerando la cocción un simple trámite, por lo que eligen métodos de cocción automatizados, como los que aportan los hornos eléctricos, o bien totalmente predecibles y cómodos, como los que se consiguen utilizando hornos de gas; no obstante, el uso de hornos de leña proporciona al ceramista la posibilidad de conseguir efectos imposibles en este tipo de hornos, como puede ser integrar la ceniza procedente de la combustión de la madera en la estética de piezas y esmaltes, las calidades y tonos que proporciona la llama y la variación de colores y efectos en una misma pieza.
Aunque también en baja temperatura son interesantes los efectos del horno de leña, con variaciones en el tono de la pasta y las marcas de la llama, es en la alta temperatura donde se puede aprovechar más las características especiales de este tipo de cocciones. Aunque no muy extendido en España, existe un movimiento internacional que aprecia las cocciones de leña y los resultados que con ellas se consiguen; se publican libros, cientos de páginas webs e incluso existe una revista en papel dedicada exclusivamente a las cocciones de leña; se organizan cursos, congresos y concursos que ponen en contacto a los centenares (o miles) de ceramistas cuyo trabajo gira en torno a esta estética y filosofía.
Y con esto llegamos a un detalle importante: la filosofía de las cocciones de leña. Hay quien considera la cerámica como un material con el que conseguir dar forma a las creaciones que tiene en mente; otros, por el contrario, consideran que el material (y los procesos) tienen un alma propia, que el ceramista desvela y asume en su propio proceso creativo. Quien cuece sus piezas en un horno de leña tiene la intención de “acompañar” sus piezas durante el proceso. Cuando te preparas para efectuar una larga (o no tan larga) cocción en un horno de leña, estás asumiendo que hay cosas que no vas a controlar al cien por cien, pero también estás haciendo el último acto creativo, modulando la combustión, acelerándola o retrasándola, llevando las llamas o la ceniza por uno u otro sitio, alargando la cocción o acortándola, jugando con las atmósferas o introduciendo elementos como la sal, el sodio e incluso el agua. Por supuesto, la forma en que has cargado el horno es vital, de ahí que sea fascinante ver a un experto ceramista cargando su horno de leña, un momento en el que se puede apreciar cómo, en ese acto que suele ser algo simplemente práctico, el autor está en pleno proceso creativo, imaginando cómo actuarán las llamas, dónde se acumulara la ceniza y por donde escurrirá si se funde.
Y por supuesto está la cocción. Para los amantes de las cocciones de leña, permanecer horas junto al horno o tener que contar, en la mayoría de las ocasiones, con ayuda para poder hacer la cocción, no son desventajas, sino todo lo contrario. Es difícil explicar la emoción constante de subir la temperatura “a mano”, cargando tronco a tronco, con un trabajo que, siendo lógicamente más arduo que encender un quemador de gas, no siempre es tan duro como muchos se imaginan. Y la descarga del horno…, nada que ver con abrir un horno eléctrico. Un ceramista norteamericano me dijo en una ocasión: “siempre es día de navidad cuando abro el horno, todo son regalos”.
Pero para llegar a estas satisfacciones hay que haber pasado por diferentes pruebas, y la primera es, sin duda, la elección, diseño y construcción del primer horno (y la prueba más dura es que este primer horno pocas veces sale, o cuece, como quisiéramos). Para intentar hacer este primer paso más sencillo hay que documentarse bien, elegir bien el tipo de horno, ya que hay cientos de diseños, consultar con los expertos y ver miles de fotos de hornos para descubrir cómo se solucionan los pequeños detalles constructivos que ¡seguro! nos plantearán dudas durante la construcción. La mejor elección es conseguir los planos de un horno que ya esté sobradamente probado y tratar de reproducirlo fielmente. Aunque no hay duda de que, tratar de arreglar un horno que no funciona del todo bien es una forma dura y costosa, pero buena, para aprender.
La literatura en castellano sobre estos temas es prácticamente inexistente, por lo que es importante la edición de cualquier tipo de publicación, mucho más si es un estudio realizado con tanto rigor como el recopilado por Vicente Sánchez, titulado “Proyecto para la construcción de un horno cerámico de combustión mixta: gas propano y combustibles vegetales”. Este trabajo de fin de carrera consiste en una introducción en profundidad al mundo de los hornos para la cocción de cerámica: historia de los hornos, física del calor y sus aplicaciones, clasificación de los hornos, elección de combustible, materiales para la construcción de hornos, diseño de hornos, construcción y cocción de hornos de leña.
Además del contenido teórico e histórico, este trabajo de fin de carrera de Vicente Sánchez tiene como eje central el diseño de un horno de tamaño medio, que pueda ser cocido por una sola persona en una sola sesión. Este horno es una aproximación teórica en el que se aplican todos los conocimientos e investigaciones del autor, aunque, como todos los hornos deberá pasar la prueba de la construcción y cocción. En cualquier caso, el rigor con el que se ha diseñado, junto con el hecho de recoger experiencias de otros ceramistas y de la industria en la construcción de hornos, promete buenos resultados.
La propuesta de Vicente Sánchez es un horno de llama invertida con dos cámaras de combustión del tipo “Bourry box”, que aseguran una buena combustión y una excelente gestión de cenizas y atmósferas, consiguiendo además, si el ajuste es bueno, reducir los gases y humos expulsados por la chimenea.
Este trabajo es indispensable para todo el que desee introducirse en las cocciones de leña (en este caso con la posibilidad de utilizar gas como apoyo), ya que proporciona una base técnica y un magnífico ejemplo de cómo plantear la construcción de un nuevo diseño de horno.
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[contentbox headline=”Proyecto de horno de leña de Vicente Sánchez” type=”normal”]
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Para descargar el proyecto completo, pincha en el siguiente enlace (PDF, 10 Mb):
Proyecto para la construcción de un horno cerámico
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Se prohíbe el uso de texto, que se publica en Infoceramica con permiso del autor. Infocerámica agradece la ayuda prestada por el propio Vicente Sánchez para la publicación de este artículo. Las fotos se publican exclusivamente para la promoción del proyecto del autor y queda prohibida su reproducción sin permiso expreso del autor.
Como es lógico, el proyecto, que no está destinado a su publicación comercial, contiene materiales recopilados de otros trabajos, sin que eso signifique copia o plagio, ya que constituye una tesis académica y muestra al al final de la publicación la bibliografía (pág. 74) de la que se ha valido el autor para la compilación de la obra.
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