Revelaciones sobre la cerámica

by Infocerámica

Piezas de cerámica funcional

¿La pieza funcional puede ser una forma de arte? ¿La obra de arte puede tener una funcionalidad más allá de la contemplación? Estas y otras preguntas suponen una discusión bizantina que para muchos no tiene ningún sentido. El autor de este artículo, Reed Gage, nos cuenta las experiencias que le llevaron a olvidar los prejuicios occidentales sobre arte y función.

Reed Gage nos cuenta como en Japón abrió los ojos a la esencia unida del arte y la funcionalidad, en este caso al comprobar como la utilización de la cerámica en la mesa supone una experiencia sensorial que es superior a la suma de ambos conceptos. Durante demasiado tiempo se ha tratado, en muchos ambientes, de hacer que la pieza de cerámica funcional sea lo opuesto a la obra artística.

La manida frase de “Arte es lo que hacen los artistas” es una invención occidental del siglo xx, que hoy en día podría complementarse con “Arte es lo que los especialistas dictaminan como tal”; pero existe una larguísima tradición, no abandonada en otras culturas, que dice que arte y la artesanía van de la mano, que la expresión es una forma de funcionalidad y la función una forma de llegar a la expresión.

Wladimir Vivas

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Revelaciones sobre la cerámica

por Reed Gage

Cuando vivía en Los Ángeles (California), la cerámica para mi eran simplemente platos, vasos, cuencos y jarras, utensilios para comer. Por lo general en blanco, manufacturados y sin decoración. Apenas era consciente de lo que había bajo la comida y la bebida. Por lo que a mi respecta, la cerámica era algo funcional. La calidad no importaba, pero si la uniformidad.

Sin embargo, al llegar a Nagoya (Japón) fui invitado a visitar galerías de arte en las que vi exposiciones de cerámica. Allí se mostraba la cerámica como arte, el placer era contemplarla. Quedé impresionado por los los innumerables estilos artísticos, colores, formas, tamaños y texturas de las piezas. Pensé: “¡Wow, qué bonito!

Compré algunos cuencos y tazas decorados y los llevé a casa, donde los puse en las estanterías y mesas de mi apartamento. ¡Excelente! Aportaron alma al entorno de mi pequeño espacio. Mis amigos hicieron comentarios y las podía acariciar y contemplar durante mis estados de ánimo más contemplativos.

Sin embargo, con el tiempo deje de mirar mis adquisiciones. Igual que todo lo nuevo se desvanece con el tiempo, fui arrinconando mis cerámicas. Y se convirtieron en contenedores de polvo, como pisapapeles que nunca se utilizan o regalos abandonados.

Un día, en un viaje a Mie Ken (a un par de horas de donde yo estaba viviendo en Nagoya ) me invitaron a una fiesta local de artesanos. Sobre la mesa había tazas como de vidrio, hechas a mano, cuencos de aspecto retorcido, platos descentrados pero de aspecto natural, con esmaltes de varios colores y texturas. Quedé visual y emocionalmente impresionado. Estábamos usando piezas de arte para mejorar la experiencia culinaria. Fue muy divertido tomar café en una taza de textura rugosa, con un gran asa. Y no me importó que mi plato de espaguetis se inclinara ligeramente hacia la izquierda, estaba disfrutando de su borde dorado y la variedad de puntos de colores mientras empujaba la pasta alrededor de mi plato. Y más aún con los platos de postre, que parecían hacer su función tan correcta como artísticamente. Comer es una experiencia multisensorial. A menudo usamos nuestra nariz y lengua para degustar; sin embargo, la información visual también es importante y aporta mucho al disfrute general. La cerámica que utilizamos es importante.

Supongo que mi visión de la cerámica ha pasado de ser una simple apreciación utilitaria a una apreciación del arte y, por último, a considerar el arte y la utilidad de la cerámica juntos. Las apreciaciones se han unido. Actualmente soy una persona que siente que el arte debe ser usado en la mesa para mejorar nuestras rutinas diarias de comer, beber y picotear. Y ahora, cuando termino mi café de la mañana o la merienda de media tarde puedo dilatar el momento contemplando o acariciando una pieza de arte. Esto debe ser sano.

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[contentbox headline=”Agradecimientos” type=”normal”]Infoceramica agradece la colaboración de Wali Hawes para la realización de este artículo, así como a Reed Gage por la publicación del texto.

También agradecemos la colaboración de Encarna Soler, por las magníficas fotografías que nos ha permitido reproducir de su blog gastronómico.[/contentbox]

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