La galería belga especializada en cerámica Puls Contemporary Ceramics presenta, desde el pasado 2 de marzo y hasta el 4 de abril, la exposición de la ceramista danesa Turi Heisselberg, que muestra sus últimos trabajos que abundan en su investigación en la utilización de formas torneadas desde una perspectiva escultórica.
La idea principal o propuesta formal de esta exposición se puede interpretar como la utilización de lo que podríamos considerar como la esencia de uno de los “conceptos cerámicos” tradicionales, esto es, el contenedor, como punto de partida hacia la expresión escultórica. No es nada nuevo, aunque siga produciendo opiniones encontradas. En el caso de Turi Heisselberg esta investigación se desarrolla en dos líneas paralelas: la primera de ellas es la utilización del torno para la realización de unas piezas precisas, limpias y de formas ondulantes que no “adorna” con ningún tipo de decoración, excepto un esmalte seco, de calidades casi pétreas. Viendo estas piezas he recordado una conversación mantenida hace tiempo con otro gran ceramista, Lluis Castaldo, que, al enseñarme una pieza de Antoni Cumella, me decía: “mira, es como una escultura de Brancusi”. Y no es que haya que recurrir a escultores para justificar estas esculturas realizadas al torno, pero es significativo que planteamientos estéticos similares sean mejor aceptados si provienen directamente de la escultura que si se ve en ellos reminiscencias de la artesanía.
La otra línea de investigación de la artista danesa que nos ocupa es un paso más en la utilización de este “concepto contenedor” (“vessel”, como dicen en Estados Unidos), y es la liberación de las formas del torno, aunque manteniendo la esencia del hueco interior, del crecimiento vertical y de las apertura que den sentido (que no utilidad) a ese espacio interno de las esculturas. Estas piezas son más orgánicas, algunas con crecimientos y texturas vegetales, otras claramente antropomórficas e incluso geométricas, pero siempre manteniendo la esencia de la vasija, del contenedor.
En definitiva, Turi Heisselberg (Dinamarca, 1965) abunda en esta exposición en el diálogo entre forma y función, no directamente, ya que sus piezas no tienen una funcionalidad definida, pero sí en cuanto a las señas de identidad de la cerámica como forma artística, que no tiene por qué renunciar a su historia sino que puede y debe asumirla aún en su aproximación a conceptos escultóricos.
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“Todo su trabajo explora el carácter inherente y la frescura textural de la arcilla. Muchas de las piezas de esta exposición son sus, a menudo monumentales, vasijas abstractas, y muestran la maestría de sus precisas, simples y esculturales vasijas, en las que los diseños de ritmo ascendente, las líneas y la interacción entre las formas son temas recurrentes.”
Puls Ceramics Gallery, Bruselas.
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[tabtitle]Agradecimientos[/tabtitle]
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[contenttab]Puls Contemporary Ceramics
Annette Sloth
Edelknaapstraat 19
rue du Page (Châtelain)
B-1050 Brussels (Bélgica)
Tel. +32 494 83 60 55
www.pulsceramics.com[/contenttab]
[contenttab]www.pulsceramics.com
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[contenttab]Infoceramica agradece la colaboración prestada por la Galería Puls Contemporary Ceramics para la realización de este artículo.
Las fotografías y textos están extraídas de la información ofrecida por la galería y se utilizan exclusivamente para la promoción de esta exposición.[/contenttab]
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Texto: Wladimir Vivas