Desde el pasado 17 de abril y hasta el 2 de septiembre se puede visitar esta muestra en la sala de exposiciones de Catalunya Caixa, en la emblemática Casa Milà, “La Pedrera”. En ella se pueden ver más de 150 obras, en una reunión que difícilmente se podrá volver a reunir, ya que la mayoría provienen de colecciones privadas. Entre estas piezas cabe destacar la que el mismo Artigas consideraba una obra maestra, “Clar de lluna”, de 1927; también podemos, como no podría ser de otra forma, admirar las colaboraciones con Miró y Dufy, especialmente la gran escultura “Femme et Oiseau” (1962) que habitualmente está en la Fundación Pilar i Joan Miró, de Mallorca.
El montaje de la exposición, obra de Frederic Amat, tiene presencia propia, aunque ésta sirve precisamente para subrayar el mundo de Artigas. Para acceder a las salas debemos abrirnos paso a través de una cortina en la que se proyectan imágenes del fuego y el humo de los hornos del maestro, pasando a continuación a una sala con la luz muy medida, que incide exclusivamente donde debe; esto es, sobre las cerámicas. Aprovechando el recorrido circular de la sala, Amat ha diseñado un pasillo de madera, un puente sobre el que espectador transita literalmente sobre montañas de arena, del sílice mismo que conforman las cerámicas., que se muestran, unas agrupadas, otras en solitario, algunas en vitrinas, todas a distancias que permiten apreciar los detalles. Sobre este montaje, Joan Gardy Artigas comentó que es “igual que era su padre: sencillo, tan sólo cerámica, arena y madera”.
Además de las cerámicas de Artigas en solitario y las realizadas en colaboración con sus amigos Dufy y Miró, la exposición muestra los cuadernos de notas, con las recetas de esmaltes, planos de hornos y curvas de cocción, además de publicaciones originales. Es muy destacable la edición del magnífico catálogo, con la transcripción de las postales que nos muestran la vida del jóven Artigas en París o su correspondencia con Joan Miró.
Una exposición imprescindible para todo el que quiera profundizar en la obra de uno de los personajes más importantes en la cerámica del siglo xx, y también para quien, simplemente, quiera emocionarse contemplando la fascinante sencillez de la forma y el esmalte, del color y sus sombras, de la luz y la marca del genio. Un genio que, como contó su hija, Mariette Llorens, ya de niño pintó unas cerámicas populares en un cuadro, en una suerte de visión del adulto que revolucionaría la cerámica creativa en Cataluña y España.
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Este artículo se publicó en Revista Cerámica, núm. 125 (www.revistaceramica.com)
Del 17 de abril al 2 de septiembre de 2012
Sala de exposiciones de La Pedrera
Passeig de Gràcia, 92.
Barcelona
Tel. 93 484 59 79
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