Desde el pasado 17 de septiembre y hasta el 16 de octubre se ha ofreciendo una exposición del ceramista británico Jim Malone en la Galería Goldmark (Rutland, Inglaterra), que muestra el producto de sus últimas cocciones.
A diferencia del lánguido panorama español de la cerámica, en Reino Unido hay galerías en las que sus ceramistas ofrecen exposiciones de forma habitual, cada cierto tempo, cada vez que tienen piezas suficientes o cada vez que deben presentar una nueva línea de trabajo. Esto es habitual especialmente entre los ceramistas que continúan la denominada “tradición Leach”, de la que Malone es uno de los más destacados exponentes actuales.
Detrás de esta “tradición” está la historia del movimiento “Arts & Crafts”, la recuperación de formas de la cerámica medieval, la inmarcesible labor de Bernard Leach y todo lo que trajo con él, la cerámica japonesa, Shoji Hamada, la cerámica coreana y la china y, por encima de todo, la libertad para utilizar diferentes recursos sin caer en el pastiche. Hablamos, por ejemplo, de formas propias de la cerámica medieval inglesa, decoradas con técnicas coreanas, cubiertas con un esmalte japonés y cocidas en un horno oriental, tratando de recoger lo mejor de cada tradición para crear una nueva, que quizá de forma un tanto simple, se ha llamado “tradición Leach”. Jim Malone comenzó a principios de los años setenta y ya entonces se inclinó por seguir el camino trazado por Leach o Cardew, a pesar de que entonces despuntaba más un tipo de cerámica más escultórico.
Jim Malone nació en Sheffild en 1946, aunque siendo muy joven, a la muerte de su padre, se trasladó a Gales, de donde era originaria su madre. Cuando trabajaba como profesor de secundaria en Essex, le obligaron a formarse en lo que podríamos llamar “manualidades” y él optó por la cerámica, donde conoció a Ian Godfrey (otro gran ceramista británico, prematuramente fallecido). A partir de ese momento se interesó por la cerámica tradicional inglesa, así como por la china y la coreana. Desde el principio dedicó sus esfuerzos a aprender los secretos del torno, devorar libros como “A Potters Book”, de Leach, o “Pioneer Pottery”, de Michael Cardew y, posteriormente, durante el verano, pasó dos meses trabajando intensamente en la “Winchcombe Pottery” de Ray Finch (este taller de cerámica forma parte de la historia de la cerámica británica, ya que fue abierto por Michael Cardew en 1926).
A partir de ese momento Malone se centró en la cerámica, montó un pequeño taller, contruyó su propio horno de gas y, ya desde el principio, se interesó por trabajar con barros locales, producir cerámica funcional y utilizar esmaltes orientales. En 1980 consiguió una plaza de profesor en el “Carfiff College of Art”, y en 1982 en el “Cumbria College of Art”. Pero la vida académica no le atraía y, junto a su amigo Mike Dodd, montó una escuela independiente de cerámica en la que experimentaron y profundizaron en multitud de técnicas.
En 1984, Jim Malone se traslado, junto a su familia, a Carlisle, justo en la “frontera” entre Inglaterra y Escocia, un lugar de paisajes impresionantes donde construyó un nuevo taller en el que desarrollar una nueva obra, ya que al cambiar de lugar, tambien sus materiales cambiaron, los barros, los granitos o las cenizas con las que creaba sus pastas y esmaltes. Para Malone, la cerámica es tambien “el sitio” en el que se hacen, así como el paso del tiempo o de las estaciones.
En esta exposición se ha podido ver la riqueza expresiva de la cerámica con unos medios limitados: Jim Malone no utiliza demasiados elementos, apenas unos pocos esmaltes y unas cuantas técnicas decorativas. Vemos esas rotundas jarras inglesas con esmaltes tenmoku, nuka o de cenizas; piezas de perfil clásico oriental, chino (especialmente Sung), coreano o japonés, botellas cuadrangulares y circulares (Las llamadas “Pilgrim bottles”, botellas de peregrino, en forma de cantimplora), teteras, juegos de té y café, pequeños contenedores y grandes vasijas, cuencos grandes y para el té (chawan, utilizados en la ceremonia del té, y yunomi, para el uso diario).
Todas estas piezas se decoran con engobes, esgrafiados, hakeme, marcas de dedos o herramientas o pequeños elementos que añaden relieve a la pieza. Las decoraciones pueden ser trazos abstractos o figurativos, con elementos que podríamos intuir como homenajes a la cerámica de Hamada o de Leach (esos sauces llorones de Leach, que, a su vez, se inspiró en los pintados en Seto, Japón).
Ante todo, la cerámica de Jim Malone destila autenticidad, en ningún momento cae en el manierismo o enla decoración sin sentido; sus piezas son como él, un poco fuera del tiempo, todo en ellas tiene un sentido profundo, una cadencia y una profundidad. N son piezas de cerámica hechas por Jim Malone: son JimMalone.
La galería Goldmark tiene una sección dedicada casi en exclusiva a este tipo de cerámica, en donde podemos difrutar de las cerámicas de Phil Rogers, Svend Bayer, Ken Matsuzaki, Clive Bowen, Lisa Hammond, Mike Dodd o Nic Collins, además, por supuesto de Jim Malone, e incluso se pueden ver fotos de vatrias piezas de Shoji Hamada, aunque en este momento nos hay ninguna en venta.
Es muy interesante la forma en que esta galería afronta el reto de mostrar sus exposiciones en la web, con videos, artículos, publicaciones disponibles en pdf, completísimas galerías de fotos e información de cada pieza y, en algún caso, como es el de Phil Rogers, decenas de pequeños vídeos en los que el mismo ceramista va comentando pieza por pieza. Sin duda que no hay que dejar de navegar por esta web (www.modernpots.com)
Vídeo documental de 20 minutos ofrecido en abierfto en la web:
También se puede acceder al catálogo completo de la exposición en el siguiente enlace:
En la web de la Galería Goldmark (www.modernpots.com) se puede acceder a otros catálogos, así como a artículos y textos sobre Jim Malone.
También se puedeconsultar la web: www.jimmalonepottery.co.uk