Que las redes sociales son el fenómeno más importante de Internet en los últimos años no lo duda ya nadie, las cifras hablan por sí sólas: en todo el mundo, más de novecientos millones de personas pertenecen a redes como Facebook, Twitter, Tuenti o MySpace. En la primera de ellas, Facebook (que nació hace solo cuatro años), están inscritos unos cuatrocientos millones de internautas.
El uso de estas redes ha cambiado a medida que se han ido integrando en la vida de la población. MySpace, la más veterana de todas, se convirtió en centro de promoción independiente de músicos; Tuenti es la red preferida por los españoles más jóvenes (¡el 80 por 100 de los adolescentes!) y Twitter, quizá la que podía parecer más propensa a la banalidad, dado que simplemente sirve para escribir frases de menos de 140 caracteres, ha triunfado precisamente entre quienes pueden considerarse influyentes, y no precisamente la anécdota de actores de Hollywood cuyos «Tweets» son seguidos por millones de personas, sino en el mundo empresarial, profesional o cultural, así como en el seguimiento de eventos y noticias.
En cualquier caso no debemos equivocarnos y pensar que estas redes son una simple herramienta de ocio: los más jóvenes, que han crecido con las redes sociales integradas en su vida diaria nos pueden enseñar que su uso no es suplantación ni exclusión, sino continuidad en las relaciones.
La inutilidad o pérdida de tiempo que los «inmigrantes digitales» achacan a estos medios no es superior a la charla trivial, el paseo por el barrio o el café en el bar de la esquina que, no obstante, son el pegamento que nos integra en una sociedad.
Como medio de comunicación basado en la tecnología, nadie sabe si en el futuro cambiará o quedará obsoleto; lo que casi nadie cuestiona es que nada será igual. Cuando los actuales adolescentes españoles obtengan las primeras licenciaturas en cerámica, su medio de contactar con otros ceramistas pasará incuestionablemente por su red social, sea del tipo que sea; si tienes 400 «amigos» cerámistas en Facebook, la mejor forma de que vayan a tu inauguración es, simplemente, diciendo que inauguras; en fin, el boca a boca de toda la vida, sin duda importantísimo en sectores como la cerámica.
Wladimir Vivas (Publicado en Revista Cerámica, Núm. 117, pág. 66)